Rusia sube la presión sobre la Wagner y exige el control de los mercenarios
El Kremlin incorpora al grupo paramilitar checheno Ajmat en el Ejército en Ucrania
Pocas horas después de que el jefe de los mercenarios rusos del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, anunciara su intención de desobedecer la orden del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, de que todos las formaciones paramilitares deben integrarse en el Ejército antes del 1 de julio y firmar para ello el correspondiente contrato de ‘voluntariado’ militar con el ministerio, la unidad de mercenarios chechena Ajmat firmó este lunes su incorporación a las Fuerzas Armadas del Kremlin.
Han sido los primeros paramilitares en cumplir la exigencia de Shoigú, poniendo así a Prigozhin en una situación complicada. El destacamento Ajmat, que lleva el nombre del fallecido padre del actual líder checheno, ha venido operando como una unidad al margen del Ejército, pero supeditada directamente al presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov. Sus hombres combaten actualmente en Ucrania, en el frente de Donetsk.
Por la mañana el Ministerio de Defensa ruso había difundido en su web un vídeo del momento en el que el general Alexéi Kim, subjefe del Estado Mayor General del Ejército, y el director de la escuela chechena de operaciones especiales, Adam Dasháyev, en representación de Ajmat, firmaban el contrato para la integración de estos combatientes chechenos en las tropas rusas.
Se especifica que el documento rubricado «define la regulación legal y las actividades de las unidades de voluntarios de Ajmat en la zona de la Operación Militar Especial, así como la extensión de las medidas de protección social y apoyo establecidas por el Estado a los voluntarios y sus familias». «Espero que en el futuro, viendo nuestra primera experiencia, otros destacamentos de voluntarios también firmen tales contratos», declaró Kim. El viceministro de Defensa, Nikolái Pankov, advirtió el domingo de que todos los «destacamentos de voluntarios» deben firmar un contrato con el Ministerio de Defensa antes del 1 de julio. La orden correspondiente fue firmada por Shoigú. Se trata de regularizar la situación de las organizaciones paramilitares, que están prohibidas en Rusia.
«Los contratos deberán firmarse antes del 1 de julio, lo que dará a las formaciones de voluntarios el estatus legal necesario, creará enfoques comunes para organizar el apoyo integral y el cumplimiento de sus tareas», se subraya en el texto de la orden ministerial.
Pero Prigozhin aseguró ayer que no firmará «jamás» ningún tipo de contrato con Shoigú. Dijo que «Wagner está absoluta y completamente subordinado a los intereses de la Federación Rusa y de forma directa al Comandante en Jefe», el presidente Vladímir Putin, escribió en su canal de Telegram. Según Prigozhin, «la mayoría de las unidades militares no tienen tanta eficiencia como los Wagner, y se debe a que Shoigú no es capaz de gestionar con normalidad formaciones militares».
El enfrentamiento entre Prigozhin y Shoigú se remonta a meses atrás a causa, según los Wagner, de la penuria de munición y armamentos en el frente de Bajmut, lo que propició un alto número de bajas en las filas rusas. Kadírov, estrecho aliado de Putin, gobierna Chechenia desde 2007 y es hijo del expresidente Ajmat Kadírov, quien murió en 2004 en un atentado con bomba.
Las autoridades militares de Ucrania han acusado al Ejército ruso de haber destruido una pequeña presa en el noreste de la región de Zaporiyia, menos de una semana después de la voladura de la presa de Nueva Kajovka, en Jersón.
«El enemigo está nervioso y usa cualquier medio para evitar un gran avance de nuestras defensas (...). Después de la voladura de Kavojka, hay más voladuras de las represas de embalses más pequeños», han informado desde las Fuerzas de Defensa regionales.
Ucrania sostiene que la destrucción de esta nueva presa, cerca de la localidad de Novodarivka, ha provocado inundaciones a los dos márgenes del río Mokri Yala, recoge la agencia de noticias Ukrinform.