Francisco busca tregua en Ucrania
La paz en Ucrania podría pasar por Roma. Eso es al menos lo que pretende el papa Francisco, que recibirá estos próximos días al cardenal italiano Matteo Zuppi, su enviado especial para tratar de acabar con la guerra, después de que haya visitado Moscú esta semana tras viajar a Kiev en mayo. Durante su estancia en la capital rusa, Zuppi no fue recibido por el presidente, Vladímir Putin, pero sí por su consejero en política exterior, Yuri Ushakov, quien mostró un «alto aprecio» por la posición «equilibrada e imparcial» que, a su juicio, mantiene el Vaticano en el conflicto.
Llamamientos a la paz
Aunque desde que comenzó la invasión de Ucrania el Papa ha realizado continuos llamamientos a favor de la paz y en contra de la agresión ordenada por el Kremlin, tampoco ha tenido problemas en criticar a la OTAN por «ladrar» a las puertas de Rusia con su expansión por los países de Europa oriental. En las reuniones que mantuvo con Ushakov y con Maria Lvova-Belova, comisaria rusa para los derechos de los niños, Zuppi habría puesto sobre la mesa la intención de Francisco para facilitar el regreso con sus familias de los miles de menores ucranianos llevados por la fuerza a Rusia. El Vaticano, según explicó el consejero de Putin, habría separado los problemas humanitarios ligados al conflicto de sus motivaciones políticas, algo que fue apreciado por las autoridades rusas, que ya aceptaron la mediación del Papa en la operación que propició el año pasado el intercambio de prisioneros entre los dos bandos. Unos 3.000 soldados ucranianos y un número indeterminado de combatientes rusos recuperaron de esta manera la libertad. «Espero que en breve veamos cómo regresan con sus familias algunos de esos miles de niños y adolescentes ucranianos, pero muchos de ellos eran huérfanos y no está claro cómo van a volver si los orfanatos están destruidos. En ambos países existe además un grave problema de dispersión de la infancia», señala el sacerdote Stefano Caprio, profesor de Historia y Cultura Rusa en el Pontificio Instituto Oriental de Roma, para quien el viaje de Zuppi en Ucrania va «más allá» del aspecto humanitario. «Los contactos en ese sentido ya existían, pero la misión del Vaticano tiene un objetivo más alto: es una invitación para encontrar razones para la paz». De ahí viene la importancia del encuentro entre el enviado del Papa y el patriarca Cirilo, líder de la comunidad cristiana ortodoxa rusa y sostén ideológico y espiritual de Putin durante la invasión de Ucrania, lo que llevó a Francisco a calificarle de «monaguillo» del presidente. «Putin ha querido dar una motivación religiosa a la guerra, asegurando que se trata de una suerte de misión de Rusia para defender sus valores frente a Occidente.