Putin humilla al líder de la Wagner y airea su vida de lujo y sus pelucas
Prigozhin desaparece en Rusia mientras se revisa su palacio tras el motín contra el Kremlin
El jefe de los mercenarios de Wagner, Yevgeni Prigozhin, ha desaparecido de Bielorrusia y se encuenta en paradero desconocido, aunque todas las fuentes apuntan a que ha viajado a Rusia, según ha desvelado el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. Este extraño viaje se ajusta a toda la confusión que rodea al oligarca que hace dos semanas protagonizó el motín contra el Kremlin —en el que una columna de sus soldados rebeldes se quedó a 200 kilómetros de Moscú— y que tras refugiarse en Bielorrusia había comenzado a actuar con una discreción inédita en su habitual fanfarronería.
Pero la misteriosa desaparición de Prigozhin coincide también con la publicación en el diario Izvestia de los resultados de la inspección del palacio propiedad de Prigozhin. El diario ha hecho pública una colección de fotos que muestra el lujo en el que vivía el dueño de la compañía privada militar, así como la colección de pelucas con las que se disfrazaba, en un juego de difícil explicación.
La difusión de estas imágenes es un golpe a la imagen de Prighozhin. Desde que comenzó la invasión de Rusia se había obsesionado en mostrarse como un líder militar que vivía en el frente con sus soldados, compartía sus penurias y ejercía de padre protector en medio de sus miserias.
El examen de la vivienda de Prigozhin muestra a un hombre obsesionado por los caprichos más mundanos, a la vez que es capaz de instalar un oratorio de la fe ortodoxa, decorado con iconos y candelabros dorados. Además, el oligarca que inició su carrera tras salir de la cárcel y convertirse en el chef de Putin, disponía de un quirófano privado, gimnasios, sauna y un helipuerto. Su vida no tenía nada que ver con la austeridad militar.
En otra de las habitaciones, por otra parte, ha aparecido un gigantesco mazo. La simbología no puede ser más macabra. Este instrumento es el que los mercenarios de Wagner emplean para castigar a los desertores, aplastándoles a golpes las articulaciones y, según algunos vídeos que los propios soldados de fortuna han divulgado, machacándoles la cabeza.
En el palacio del dueño de Wagner han aparecido cajas repletas de lingotes de oro, armamento de todo tipo y pasaportes falsos. También se ha localizado un uniforme de mariscal ruso, decorado con la típica e interminable colección de medallas rusas.
Uno de los hallazgos inquietantes ha sido también una extraña colección de pelucas. En unas imágenes difundidas por una cadena de noticias rusas se ve como Prigozhin se disfrazaba con barbas postizas y ocultaba su calvicie con bisoñes para presentarse como un soldado checheno, un luchador musulman o una especie de militar melenudo. Se puede pensar que se trataba de disfraces con los que fotografiarse para y obtener identidades falsas, pero no parece lo suficientemente sofisticado.
Izvestia se ha limitado a divulgar las imágenes y a señalar que son fotografías obtenidas por las fuerzas de seguridad en el registro del domicilio. En principio, la fiscalía rusa ha retirado los cargos contra Prigozhin tras su revuelta, por lo que se desconoce cuál era el objetivo de la operación policial contra el dueño de Wagner.
Ni vengativo ni maligno
Lukashenko, quien fue el artífice del pacto por el que se acabó el motín a cambio de que Prigozhin y sus hombres desistieran de su revuelta y se refugiaran en Bielorrusia, ha señalado que no espera que Putin intente matar ahora al expresidiario que le organizaba las cenas y las comidas en San Petersburgo. En este sentido, ha descartado que Putin pueda ser tan «vengativo» o «maligno» como para promover su muerte de una u otra manera: «Esto no sucederá».
En una declaración ante los medios ha señalado que ayer habló con Prigozhin y le dijo que se iba a San Petersburgo. «Quizás se fue a Moscú o a otro lugar, pero no está en Rusia», dijo en un discurso recogido por la agencia de noticias oficial BelTA.
En su intervención, el presidente bielorruso —uno de los más fieles aliados del Kremlin— ha negado que el motín de Wagner haya debilitado al presidente Putin. «Al contrario. Ha salido reforzado con esta crisis», sostuvo.