La Otan aborda el ingreso de Ucrania con reticencias de EE UU y Alemania
El presidente Biden y Berlín tratan de enfriar las aspiraciones de Zelenski de ingresar en la Alianza
La Otan aborda los próximos dos días el ingreso de Ucracia en la organización con reticencias del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de Alemania.
Biden considera que el país no está preparado para ingresar en la Alianza y trata por todos los medios de enfriar cualquier intento de ingreso. Alemania también quiere retrasar la entrada de Ucrania en la Otan para evitar una escalada bélica.
Mientras, Ucrania abordó ayer el reforzamiento de toda la frontera norte, lo que incluye las zonas limítrofes con Bielorrusia, en tanto que en el frente, al que quieren regresar los comandantes del batallón Azov que volvieron la víspera al país, las tropas continúan avanzando en el este en torno a la ciudad de Bajmut.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, viajó a la ciudad noroccidental de Lutsk, donde homenajeó junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda, en la Catedral de San Pedro y San Pablo a las víctimas de la masacre de Volinia cometida hace 80 años por insurgentes nacionalistas ucranianos y que costó la vida a decenas de miles de civiles polacos.
Duda tuiteó que se reunió con Zelenski «para dar un testimonio de amistad frente a una historia difícil», pero también para reiterar el apoyo de Polonia a Ucrania «en su búsqueda de la pertenencia a la Otan».
Zelenski indicó a su vez que ambos acordaron «trabajar juntos para obtener el mejor resultado posible para Ucrania» en la cumbre de la Alianza, que se celebrará los próximos días 11 y 12 en la capital lituana, a solo 561 kilómetros de Lutsk, atravesando Bielorrusia.
La situación en el país vecino, que sirvió a Rusia de lanzadera para la incursión de sus tropas al principio de la guerra y adonde se trasladarán mercenarios del Grupo Wagner, fue objeto de una larga reunión en el Castillo de Lubart de Lutsk con el jefe de la Administración Militar de Volinia, el comandante de la base aérea de la región, y el jefe del Servicio Fronterizo Estatal de Ucrania.
Zelenski explicó que en la reunión se trató «la situación en la zona fronteriza con Bielorrusia» y el «fortalecimiento de todo el tramo norte de la frontera en cada región».
El jefe de Estado ya ordenó el pasado 30 de junio reforzar la frontera norte, pero este domingo el máximo responsable de la Guardia Fronteriza, Serguí Deineko, le informó sobre las medidas que se han tomado para cumplir esa orden en la región de Volinia.
La víspera uno de los comandantes del Grupo Wagner, Antón Yelizárov, alias Lotus, aseguró que los wagneritas estarán de vacaciones hasta principios de agosto tras la fallida rebelión armada protagonizada el 24 de junio y que después comenzará el «difícil» trabajo para coordinar su traslado a Bielorrusia.
Aseguró además estar preocupado por la situación en Ucrania, pero señaló que los wagneritas observarán ahora la guerra «desde fuera».
Los que no pretenden quedarse como meros espectadores de la guerra son los comandantes del batallón Azov que defendieron en la primavera de 2022 la siderúrgica de Azovstal en Mariúpol y que regresaron el sábado desde Turquía a Ucrania tras permanecer desde septiembre bajo la protección del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Entre los cinco «héroes» de Azovstal que aterrizaron el sábado por la noche en Leópolis se encuentra el conocido comandante de Azov, Denís Prokopenko, y su segundo, Sviatoslav Palamar.
Prokopenko recalcó en una rueda de prensa que «por supuesto» quieren volver al frente. «Definitivamente diremos todavía nuestra palabra en la batalla», afirmó.
El Kremlin se mostró molesto por el regreso de los líderes de Azov, adscrito a la Guardia Nacional ucraniana pero considerado terrorista en Rusia, pues indicó que Ankara y Kiev violaron el acuerdo alcanzado para la liberación de los combatientes, que debían permanecer en Turquía «hasta el fin del conflicto», según las autoridades rusas, muy contrariadas.