Mark Rutte se retira de la política tras la caída de su Gobierno en Países Bajos
Tras trece años como primer ministro de Países Bajos y cuatro días después de la dimisión en bloque de su gabinete, Mark Rutte anunció ayer que se retira de la política. Rutte informó que permanecerá en su cargo hasta los próximos comicios legislativos anticipados de finales de este año, pero que no se presentará a la reelección. En un breve discurso frente al Parlamento, el mandatario comunicó su decisión.
Después del «fracaso» del Gobierno, la oposición estaba lista para presentar ayer una moción de censura para destituir al primer ministro de su cargo de inmediato por «haber perdido la confianza» en el actual dirigente. Sin embargo, Rutte se adelantó. Dos partidos de izquierda y el de extrema derecha de Geert Wilders se retractaron ayer tras el anuncio. El líder de la formación ecologista GroenLinks, Jesse Klaver, uno de los que intentaba derrocar al Ejecutivo interino, dijo que finalmente aceptaba que permanezca en el poder hasta el próximo Gobierno.
La Administración interina no puede decidir sobre nuevas políticas, lo que deja al país en vilo sobre una serie de cuestiones importantes, desde los objetivos climáticos y la agricultura hasta la inmigración.
Los desencuentros entre los miembros de la coalición en Países Bajos en materia de política migratoria llevaron la semana pasada a la caída del gabinete encabezado por Rutte. Después de varios días de reuniones sin éxito, las formaciones terminaron por disolver la coalición. Esta situación obligó al país a convocar unas elecciones anticipadas, previstas para mediados de noviembre, según el consejo electoral holandés.
Las disputas internas sobre el endurecimiento de la política de asilo desencadenaron la renuncia masiva, presentada ya ante el rey. Rutte había puesto sobre la mesa una propuesta para limitar la llegada de migrantes. Pretendía condicionar la reunificación familiar para evitar un colapso de los centros de acogida de refugiados similar al del año pasado, cuando las sedes estaban sobrepobladas hasta el punto que cientos de personas tuvieron que dormir en la calle. Pero el país no logró un consenso sobre lo que el primer ministro califica como «un gran problema social».
La dimisión marca el final de su carrera, en la que lideró cuatro ejecutivos de coalición desde 2010. Aunque el viernes, había indicado que todavía tenía «energía y las ideas» para liderar la lista de su partido, también tenía que «reflexionar» sobre ello. Tres días después afirmó que en realidad ya «no estaba en condiciones».