Kiev busca en Arabia una «paz justa» mientras Rusia recluta más soldados
Zelenski trata de asegurar la participación de China, que acaba de firmar un pacto con Riad
Ucrania prevé convocar el próximo fin de semana a treinta naciones en Arabia Saudí para presentarles un decálogo con el que encaminarse hacia una «paz justa» y «contrarrestar conflictos futuros». La fórmula que llevará bajo el brazo exige la retirada de las tropas rusas de su país, según reveló ayer el portavoz presidencial, Andriy Yermak. Consciente de la negativa de Rusia a esta condición, precisó que lo importante es que el plan sirva de «base» para generar una negociación con Moscú que en ningún caso se vislumbra antes del próximo año.
La esperanza, en cualquier caso, es lo último que se pierde. La propuesta ucraniana tiene la virtud de agitar un tablero aparentemente enquistado. Ninguno de los intentos de abrir un proceso de paz ha dado frutos hasta ahora. Ucrania ha invitado a la cumbre saudí a sus aliados occidentales, pero también espera atraer a India y al propio Gobierno brasileño, más flexibles hacia Moscú. De momento, España dio ayer su apoyo a la búsqueda de una «paz justa» por parte de la exrepública mientras México rechazó participar si Rusia no es invitada y puede dialogar de tú a tú con el presidente ucraniano. La guerra es «muy irracional y lo único que se potencia es la industria bélica», zanjó e presidente Manuel Andrés López Obrador.
La celebración en Yeda, a orillas del mar Rojo y en territorio saudí, tiene también su importancia geoestratégica: Kiev trata de asegurar así la participación de China, que acaba de sellar hace unas semanas con Riad un histórico pacto de cooperación económica que la convierte ‘de facto’ en socio preferente del mundo árabe. Anecdóticamente, el presidente Xi Jinping ha marcado un nuevo paso respecto a la contienda bélica y ordenado que a partir de hoy no se exporte ningún dron fabricado en el gigante asiático a Rusia o Ucrania por su uso letal en la guerra.
Ninguno de los dos países inmersos en la crisis bélica está hoy preparado para un cara a cara. A lo más que aspira la cumbre es a poner la pista de aterrizaje a una cumbre mundial este mismo año donde se aprueben unos principios comunes hacia la paz, Luego sería la ocasión de que Moscú y Kiev se sienten a hablar. El portavoz de Zelenski reiteró ayer que el plan de paz «debe tomarse como base» y dejó claro que su país tendrá en cuenta las «opiniones y posiciones que no contradigan la Carta de la ONU» sobre derechos humanos.
El Kremlin declaró este lunes su intención de «seguir de cerca esa reunión» bajo la premisa de que «cualquier intento de contribuir a un arreglo pacífico merece una valoración positiva», según dijo el portavoz Dmitri Peskov. No obstante, subrayó que en estos momentos es imposible un acuerdo, ya que Moscú entiende que Ucrania es «una herramienta de guerra del Occidente colectivo contra Rusia». El Gobierno de Putin tampoco vislumbra una posibilidad de negociar mientras Kiev continúe perpetrando «ataques terroristas» contra su país, como así calificó el asalto a una comisaría rusa.