Kiev lanza un aluvión de drones en represalia por el brutal ataque ruso
Los artefactos fueron derribados en Moscú, Rostov, Kursk y Belgorod, en la frontera
Ucrania lanzó ayer un ataque con drones contra varios puntos de la retaguardia rusa, incluido Moscú, en represalia contra el bombardeo enemigo la víspera contra un teatro de la ciudad norteña de Chernígov, donde murieron siete civiles y casi 150 resultaron heridos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había adelantado anoche que su ejército respondería como se merece a un ataque con misiles que tachó de «atentado terrorista».
Zelenski se acordó en especial de una de las víctimas mortales, Sofia, una niña de seis años que se ha convertido en símbolo de la brutalidad de los bombardeos enemigos. En el marco de su visita a los Países Bajos, cifró en más de 10.000 los misiles y drones lanzados por el ejército ruso contra territorio ucraniano desde el inicio de la campaña militar el 24 de febrero de 2022.
LA ÚLTIMA FRONTERA
El aluvión de drones golpeó durante la madrugada tanto las inmediaciones de la capital rusa como tres regiones limítrofes con Ucrania: Rostov, Kursk y Bélgorod.
La defensa antiaérea y radioelectrónica rusa derribó todos los aparatos no tripulados, aunque los fragmentos de uno de ellos impactaron en el edificio principal de la estación de trenes de la capital de Kursk, donde resultaron heridas leves cinco personas.
En Rostov, región que limita con el Donbás, dos drones cayeron en el territorio de una guarnición militar situada en la localidad de Kamensk, que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera con la región ucraniana de Lugansk. Esos drones no causaron daños en la base militar, igual que un tercer dron que cayó cerca de la localidad de Novoshajtinsk, según las autoridades locales.
Bélgorod fue martilleada por los aparatos no tripulados ucranianos durante el día. Según su gobernador, Viacheslav Gladkov, tres drones fueron neutralizados por las baterías antiaéreas.
Por ese motivo, las autoridades locales tuvieron que declarar el estado de emergencia en quince localidades fronterizas y también elevaron el nivel de amenaza terrorista.
LA CAPITAL, OBJETIVO RECURRENTE
En el caso de la capital rusa, el Ministerio de Defensa precisó que el dron fue derribado en la región de Moscú por los sistemas de lucha radioelectrónica.
Al ser detectado e inutilizado, el aparato perdió el control y se estrelló contra una zona despoblada sin causar desperfectos ni heridos, igual que ocurriera en otro ataque perpetrado el sábado.
El ataque obligó a reducir durante unas horas la actividad en dos de los principales aeropuertos moscovitas, Vnúkovo y Domodédovo, algo que ya ha pasado en varias ocasiones en los últimos meses.
Según informó la agencia de aviación civil, Rosaviatsia, los aeropuertos capitalinos funcionaron durante el resto de la jornada con total normalidad.
El Ministerio de Exteriores ruso condenó enérgicamente los ataques, especialmente el ocurrido en Kursk, acusando a Kiev de querer destruir la red ferroviaria igual que hicieran los nazis en 1943. «Esto convierte en una absoluta prioridad de la política exterior rusa la desnazificación y desmilitarización de Ucrania», dijo María Zajárova, portavoz de Exteriores.
Mientras, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, logró hoy el compromiso de Países Bajos y Dinamarca de que entregarán a Kiev «tanto pronto como sea posible» cazas F-16 para contrarrestar la manifiesta superioridad rusa en los cielos, durante la segunda escala de su gira europea. «Los aviones los emplearemos para mantener a los terroristas rusos lejos de las ciudades y aldeas ucranianas», dijo Zelenski después de aterrizar en una base militar en la ciudad neerlandesa de Eindhoven.
Tras mantener negociaciones con el primer ministro interino de Países Bajos, Mark Rutt, Zelenski elevó a 42 los cazas F-16 de fabricación estadounidense en manos de neerlandeses y daneses.