Treinta segundos que devastaron Marruecos y dejaron miles de muertos y familias sin casa
El país amanece salpicado de escombros, con un paisaje de paredes agrietadas y millones de personas a la intemperie
Treinta segundos. Una pequeña proporción que bastó para acabar con la vida de miles de personas —los datos oficiales al cierre de esta edición cuentan 2.122 fallecidos— dejar muchos más heridos y destruir un número incalculable de edificios. Las cifras de muertos no paran de subir con el paso de las horas y ya han comenzado los funerales.
Marruecos amaneció ayer salpicado de escombros, con un paisaje de paredes agrietadas y millones de personas intentando buscar descanso tras vivir toda la noche a la intemperie por miedo a las peligrosas réplicas sísmicas. Familias enteras permanecen acurrucadas en las aceras con niños cubiertos por mantas.
Siete provincias atrajeron la mayor porción de la tragedia, con la gran mayoría de los fallecidos en el área rural más próxima al núcleo del seísmo y de difícil acceso. Hay localidades enteras reducidas a ruinas. La devastación allí es inmensa y el auxilio de las víctimas queda por tanto en manos de las Fuerzas Armadas, desplegadas con urgencia «siguiendo las instrucciones del rey Mohammed VI, comandante supremo y jefe del Estado Mayor», según un comunicado militar. El monarca se encontraba en Francia cuando su país quedó sepultado por la tragedia. Por la noche suspendió sus vacaciones y regresó a Marruecos.
Los militares se afanan en despejar las carreteras para que puedan pasar las ambulancias y llegue la ayuda a las poblaciones afectadas. Pero la gran distancia existente entre las localidades de montaña supone un impedimento. Además, las vías están atestadas de vehículos que tratan de huir sorteando las piedras caídas.
Entre las grandes ciudades fue la histórica Marrakech, cuyo casco medieval es patrimonio de la humanidad, la que más daño sufrió por el choque de placas tectónicas. La intensidad del terremoto, de 6,8 grados y una réplica de 4,8, la poca profundidad del sismo, a 18 kilómetros de la superficie, y el tipo de construcción provocaron la catástrofe
La tercera noche a la intemperie espera a miles de vecinos de Marrakech, el terremoto les castigó con dureza, pero el clima es al menos clemente. Centros de salud, hospitales, servicios de ambulancias y fuerzas de seguridad quedaron colapsados en todo el territorio afectado. En la mayoría de los casos los rescates de las víctimas atrapadas entre los cascotes están en manos de los propios residentes aunque ha empezado ya la llegada de equipo pesado y la ayuda internacional.
La tragedia ha desatado un movimiento de solidaridad y ayuda de la comunidad internacional, movilizada para colaborar en la búsqueda de supervivientes y en las labores de desescombro.
Los equipos de rescate han comenzado ha desplegarse después de que Marruecos haya aceptado la ayuda de cuatro países: España, Reino Unido, Emiratos Árabes y Catar. Un equipo de la UME con 56 militares españoles está ya en el terreno y varias brigadas de bomberos se disponen a llegar a Marruecos. La Cruz Roja y la Media Luna Roja advierten de que las próximas horas son vitales para encontrar supervivientes.