Francia ayudará a Italia a controlar la frontera, pero no acogerá a los migrantes

Francia ayudará a Italia a controlar sus fronteras para impedir la avalancha de inmigrantes, pero no acogerá a una parte de los indocumentados llegados en los últimos días a la isla italiana de Lampedusa, a pesar del llamamiento de Roma a la solidaridad europea. Así lo ha anunciado este lunes el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, horas antes de reunirse en la capital transalpina con su homólogo italiano, Matteo Piantedosi.

«Francia no se dispone a acoger a los migrantes» ilegales que están en Lampedusa, dejó claro Darmanin en una entrevista en la emisora de radio Europe 1. En cambio, París se compromete a ayudar a Italia a controlar su frontera «para impedir que llegue más gente».

En cuanto a los sin papeles que ya están en Italia, Darmanin recordó que hay que aplicar «las reglas europeas» adoptadas en junio, es decir, los extranjeros deberán presentar sus solicitudes de asilo «en la frontera». Si alguno de ellos cumple los requisitos para obtenerlo, porque es perseguido en su país de origen por razones políticas, «Francia, como siempre lo ha hecho, podría acogerle», añadió el ministro.

Sin embargo, el responsable francés de Interior considera que «sería un error de apreciación considerar que los migrantes que llegan a Europa deben ser inmediatamente repartidos en todos los países del continente». «Nuestra voluntad es acoger, por supuesto a aquellos que deben serlo, pero debemos expulsar a sus países a aquellos que no tienen nada qué hacer en Europa», añadió Darmanin, miembro del ala más derechista del Gobierno.

«No podemos decir a las personas que llegan a nuestro territorio que serán acogidas en nuestros Estados. Sólo lo serán si respetan las reglas de asilo. Si se trata de una inmigración irregular, no, Francia no puede recibirlos», dejó claro el funcionario, que con su viaje a Italia ha querido lanzar un mensaje de firmeza frente a la inmigración ilegal. La extrema derecha francesa está aprovechando la crisis migratoria de Lampedusa para criticar la política migratoria del Ejecutivo galo con los ojos puestos en las elecciones europeas de 2024.

La líder de extrema derecha Marine Le Pen unió el domingo fuerzas con Matteo Salvini, líder de La Liga y vicepresidente del Gobierno italiano. Los dos líderes ultraderechistas prometieron que harán todo lo que esté en su mano para frenar «la invasión migratoria» en Europa.