Polonia, Chequia y Austria blindan sus fronteras ante la presión migratoria

A falta de un marco europeo en materia de inmigración, los Estados miembros siguen actuando por su cuenta para frenar las entradas irregulares a su territorio. Los gobiernos de Polonia, Austria y República Checa anunciaron este martes que retomarán a partir de este miércoles los controles fronterizos con Eslovaquia debido al aumento de la migración irregular desde este país. La medida estará en vigor durante diez días, pero los tres Estados no descartan ampliarla en caso de que el flujo de personas se mantenga.

Según el ministerio del Interior polaco, en las últimas dos semanas 551 personas han sido detenidas mientras trataban de cruzar la frontera del país de forma irregular. Se trata en su mayoría de hombres procedentes de Afganistán y Oriente Próximo, que acceden al país a través de la ruta de los Balcanes. Esta ruta es uno de los caminos más utilizados para entrar en Europa y el año pasado se triplicaron las llegadas irregulares por esta vía.

Las cifras de los últimos días han llevado a las autoridades polacas ha movilizar al Ejército para reforzar los controles fronterizos. El Ejecutivo checo acordó tomar medidas similares a las de Varsovia. El primer ministro checo, Petr Fiala, anunció que el incremento de los controles tiene como objetivo «garantizar» la seguridad de los ciudadanos checos. El país comunicó este martes la puesta en marcha de estas medidas a Eslovaquia, Alemania y Austria, países con los que comparte frontera.

Viena anunció que reforzará, igualmente, los controles para reducir el número de llegadas irregulares e impedir la actividad de las organizaciones de tráfico de personas. Ruta de los Balcanes En las últimas semanas, Eslovaquia ha registrado un aumento de las llegadas irregulares a su país a través de Hungría. El Gobierno eslovaco en funciones aseguró que tomará las «medidas oportunas» y criticó las acciones anunciadas por Polonia, Austria y República Checa.