Israel asedia hospitales en el sur de Gaza mientras La Haya evita detener la masacre
El Tribunal de Derechos Humanos se limita a pedir a Tel Aviv que no provoque un genocidio entre los palestinos
El Ejército israelí agudizó su ofensiva contra el grupo islamista Hamás en el sur de la Franja de Gaza este viernes, con operaciones militares en los abarrotados hospitales de la zona, al tiempo que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a Israel impedir un genocidio palestino y permitir la entrada de más ayuda al devastado enclave.
La guerra cumplió su jornada 112 mientras el número de víctimas en Gaza aumentó a 26.083 palestinos muertos y 64.487 heridos, la mayoría niños y mujeres. En tanto, las tropas israelíes tuvieron una nueva baja, sumando 220 los soldados muertos desde que iniciaron la incursión terrestre, a finales de octubre.
El Ejército israelí realizó operaciones que calificó de «precisas» en los principales hospitales de Jan Yunis, la región más importante del sur de Gaza y bastión de Hamás. «La inteligencia del Ejército indica que los terroristas de Hamás están operando desde el interior y los alrededores del hospital Naser y el hospital Al Amal», indicó un vocero castrense, al asegurar que el funcionamiento de los nosocomios ha sido garantizado.
Sin embargo, el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, denuncia desde hace días que «la ocupación israelí asedia los hospitales de Jan Yunis, paralizándolos completamente mientras comete crímenes de genocidio e impide el movimiento de ambulancias».
Según la cartera, el hospital Naser —donde operan unos 150 miembros de personal médico que atienden a 350 pacientes— y el de Al Amal se encuentran «sin alimentos y sin seguridad», así como desprovistos de anestésicos o analgésicos.
La agencia humanitaria de la ONU, Ocha, dijo que el hospital Naser, que actualmente alberga a unos 18.000 desplazado, está funcionando «bajo mínimos, ya que está rodeado por el Ejército israelí y está experimentando intensos combates, por lo que ya no puede recibir pacientes ni suministros». Ocha reporta que, «a pesar de no haber un paso seguro», numerosos palestinos intentan huir de Jan Yunis a la ciudad de Rafah, colindante con Egipto, que ya está sobrepoblada en medio del desplazamiento forzado de 1,9 millones de gazatíes (el 85% de la población total) que viven en condiciones paupérrimas en medio de la persistente escasez de agua potable, alimentos, medicinas y electricidad.
Más allá de los hospitales, el Ejército israelí confirmó que «continúan las intensas batallas en el corazón de Jan Yunis, donde las tropas han atacado a decenas de terroristas de Hamás y sus infraestructuras». Los uniformados israelíes localizaron unas 200 bocas de túneles de Hamás, destruyeron más de 130 sitios de infraestructura y atacaron aproximadamente 10 lanzacohetes.
El Ejército israelí ha estado emitiendo esta semana órdenes de evacuación en ciertas áreas de Jan Yunis, en las que, según Ocha, se encuentran alrededor de 88.000 residentes y cerca de 425.000 desplazados. De su lado, Hamás lanzó algunos cohetes hacia Israel que hicieron sonar las alarmas antiaéreas en las zonas cercanas a la Franja, aunque no causaron daños ni víctimas.
El grupo islamista también publicó un nuevo vídeo propagandístico que muestra con vida a tres de los más de 100 rehenes que mantiene cautivos —dos mujeres militares y un civil— mientras piden al Gobierno israelí hacer lo necesario para regresarlos a casa. Por otro lado, por tercer día consecutivo, familiares de los rehenes protestaron en el cruce fronterizo entre Israel y Gaza de Kerem Shalom para impedir la entrada de ayuda humanitaria.
Fallo en caso por genocidio
En tanto, la CIJ emitió un fallo en el que exigió a Israel evitar un genocidio contra los palestinos en Gaza y facilitar la entrada de ayuda humanitaria. Esta imposición de medidas cautelares, que no incluyó un cese el fuego, obedece a una acusación por genocidio contra Israel -aún en curso- presentada en diciembre por Sudáfrica.
El fallo fue celebrado por Hamás , que controla de facto la Franja de Gaza desde 2007, y por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna partes reducidas de Cisjordania ocupada. Sin embargo, el primer ministro palestino, Muhamed Shtayeh, dijo que esperaba que la CIJ ordenara un alto el fuego inmediato.