Joe Biden responde al fiscal que lo investigó: «Mi memoria está bien»
El presidente se defiende de las acusaciones del fiscal especial sobre la retención de documentos
La Casa Blanca sabía que tenía que hacer algo. Necesitaba que el presidente saliera a desmentir categóricamente las devastadoras acusaciones que ha vertido el fiscal especial sobre su alarmante deterioro cognitivo, pero en lugar de eso el presidente ratificó las dudas al estallar frente al cuerpo de prensa, olvidarse del nombre de la Iglesia a la que iba su hijo, confundir al presidente de Egipto con el de México, y a Hamás con «la oposición».
La comparecencia de Biden había empezado bien, con un mandatario encendido por la indignación de un informe de 345 páginas que, si bien lo exonera del delito de haberse llevado de la Casa Blanca material clasificado, que él mismo reportó al FBI y a los Archivos Nacionales, entra a juzgar su deterioro cognitivo de forma frívola, ya que no hay ningún experto médico.
El fiscal especial Robert Hur, que trabajó en el gobierno de Trump, relata que ya en 2017 las conversaciones grabadas entre Biden y el escritor que contrató para escribir sus memorias eran «dolorosamente lentas», con el presidente agonizando para recordar los acontecimientos y «esforzándose para leer y relatar sus propias anotaciones», pero para cuando le entrevistó personalmente en octubre pasado, su memoria era «todavía peor», porque «no se acordaba ni de cuándo había muerto su hijo».
Lo explica para justificar su decisión de no presentar cargos contra él, porque considera que a sus 81 años el jurado lo vería «como un anciano amable, bienintencionado, con mala memoria».
PIDEN LA INHABILITACIÓN
Varios legisladores republicanos están urgiendo a los miembros del gabinete del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a que invoquen una enmienda de la Constitución para inhabilitarle del cargo, después de que un informe de un fiscal pusiera en cuestión la mala memoria del mandatario.
La enmienda 25 de la Constitución de Estados Unidos contempla que miembros del gabinete puedan apartar al presidente de sus funciones en caso de que le consideren incapaz de desempeñar los poderes y deberes del cargo. En caso de que sucediese, la vicepresidenta, asumiría la Presidencia hasta noviembre.