Israel ultima el ataque a Rafah y el CIJ exige evitar un genocidio
La Corte Internacional de Justicia indicó este jueves medidas cautelares para el ejército israelí
Salvo que un inesperado acuerdo de última hora entre Hamás e Israel lo evite, la operación militar sobre Rafah es solo cuestión de tiempo. Poco tiempo. El ejército israelí se prepara para el asalto al último bastión de los islamistas y cuenta con las lecciones aprendidas en los seis meses de guerra. La presencia de 1,5 millones de civiles y su evacuación a lugares seguros es uno de los grandes retos que afronta y uno de los puntos de fricción entre Israel y Estados Unidos.
Los militares estiman que el brazo armado de Hamás podría contar con entre cuatro y ocho mil milicianos listos para el combate, según el dato ofrecido por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer. Tel Aviv trabaja de lleno en la operación para entrar en Rafah, ciudad fronteriza con Egipto en la que esperan encontrar a los más de cien cautivos que siguen en manos de los grupos palestinos y cazar a Yahya Sinwar, líder de Hamás y cerebro de los ataques del 7 de octubre. El lunes, Benjamín Netanyahu suspendió la visita de dos asesores a la Casa Blanca para debatir la operación como muestra del enfado israelí por la abstención de Estados Unidos en la votación del Consejo de Seguridad que aprobó un alto el fuego inmediato para Gaza. Pero 48 horas después el primer ministro dio marcha atrás y pidió reprogramar el encuentro consciente de la importancia de contar con el respaldo de su mayor aliado.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo tribunal de la ONU, indicó este jueves medidas cautelares adicionales a Israel y evitar que su Ejército cometa actos de genocidio contra los palestinos de Gaza o impida «mediante cualquier acción, la entrega de asistencia humanitaria urgente». La CIJ advirtió de que los civiles en la Franja «ya no solo enfrentan un riesgo de hambruna», como había alertado la Corte el 26 de enero, cuando pidió a Israel medidas urgentes que eviten un genocidio, sino que «la hambruna se está ya instaurando» y «las condiciones de vida catastróficas de los palestinos en Gaza han empeorado aún más». El tribunal exige «tomar todas las medidas necesarias y efectivas», en cooperación con la ONU, para asegurar la provisión «sin impedimentos y a gran escala» de servicios básicos.