La legislatura europea que rompió el tabú de la deuda
Cuando Ursula Von der Leyen se dirigió al Parlamento Europeo el 16 de julio de 2019 para ser nombrada nueva presidenta de la Comisión Europea habló de transición verde, reglas fiscales o mercado de capitales, pero no hizo ninguna mención al viejo debate de los eurobonos, que parecía ya superado.
Todo había cambiado un año y cinco días después: los líderes de la UE pactaron en una maratoniana cumbre la creación de un fondo de recuperación de 800.000 millones financiado con recursos captados en los mercados financieros, los llamados ‘coronabonos’, en alusión a la pandemia. Aunque fue concebida como algo excepcional, la decisión rompió uno de los mayores tabús del club europeo porque suponía la puesta en marcha de una idea que multitud de voces habían reclamado ya en los años de la crisis financiera.
El instrumento para sostener el empleo, bautizado como SURE, fue el primer paso hacia las emisiones masivas de deuda común, pero era una red de emergencia que contaba con una potencia de fuego limitada (100.000 millones de euros) y la batalla política giraba en torno a cómo reaccionar para evitar el segundo hundimiento de la economía europea desde el comienzo del siglo. El debate evolucionó mientras la mayoría de las empresas seguían cerradas.