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El soldado Eduard Bykov

El conflicto bélico en Ucrania ha truncado la vida de miles de ucranianos, entre ellos la de Eduard Bykov, quien era ingeniero electrónico y un apasionado cocinero y ahora se debate entre la vida y la muerte tras un brutal ataque del Ejército ruso en una operación con un batallón en el Donbás

El soldado ucraniano Eduard Bykov.DL

Publicado por
Juan Francisco Martín
León

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En una Ucrania devastada por más de dos años de ataques diarios, y un conflicto que se inicio en 2014, cada ciudadano lleva una historia de lucha, sacrificio y dolor. Entre estas historias se encuentra la de Eduard Bykov, un hombre común transformado en símbolo de resistencia y esperanza.

Eduard Bykov, un ingeniero electrónico, aficionado cocinero y apasionado apicultor, se unió voluntariamente a las Fuerzas Armadas de Ucrania para defender su patria y se alisto en el batallón de paramédicos. Como muchos otros ucranianos, su vida dio un giro drástico desde la invasión rusa en 2022. Eduard, de 51 años, «le dijo a su mujer si no voy yo tendrán que ir nuestros hijos».

El destino lo llevó de Kadiyevka, su ciudad natal en la región de Lugansk, a Kyiv tras ser ocupada su región por el ejercito Ruso. Nacido en 1973, cuando Ucrania aún formaba parte de la Unión Soviética, Eduard Bykov jamás imaginó que su vida se convertiría en una serie de batallas por sobrevivir.

Hace unos días, Eduard y su equipo se adentraron en un pueblo del Donbás, devastado por bombardeos recientes. La misión era rescatar a los heridos, esa era su tarea diaria, pero un misil con más de 500 kilos de explosivo estalló cerca, sembrando muerte y destrucción. Entre los escombros y cuerpos, solo Eduard Bykov sobrevivió, gravemente herido. Su compañero Valeriy Ostapchuk murió en el acto. El Dr. Deniis, formó parte de un equipo de rescate, encontró a Eduard aun con un hilo de vida y lo trasladó a un hospital.

Hoy, Eduard Bykov se encuentra entre la vida y la muerte. Ha perdido la mano y pierna derecha, tiene lesiones en todos los órganos. Su cuerpo y rostro están gravemente heridos, y permanece en coma desde hace un mes, pero su evolución es positiva. A su lado, su esposa Marina mantiene una ligera sonrisa heroica, aferrándose a la esperanza de un milagro. Los médicos pelean cada día por su vida, esa es su victoria, la victoria de la familia Bikov.

Conversar con Marina es sentir el peso del dolor y la incertidumbre. Su voz pausada y entrecortada pide ayuda, primero para compartir su historia y luego con la convicción de que su marido necesitará prótesis para comenzar una nueva vida, una vida llena de incógnitas y dificultades. «La primera batalla la libra Eduard cada día, pelear por conservar su vida,» nos dice Marina entre lágrimas.

Marina muestra fotos del Eduard Bykov antes de la guerra, cuando era un hombre lleno de vida, un padre cariñoso y un marido dedicado y atento. La imagen de un Eduard sonriente junto a su hija en la cocina, con un bollo de pan, contrasta dolorosamente con la realidad actual, tendido en una cama y apenas sin poder ser reconocido.

En Ucrania, hay muchos soldados Bykov, muchos maridos y padres como Eduard, así como muchas Marinas que sufren el dolor de heridas invisibles. Caminar por Kyiv es caminar por un campo de tristeza, drama y dolor, pero también de esperanza y resistencia. Cada ciudadano es un testimonio del compromiso por sobrevivir y luchar por un futuro mejor.

«Eduard Bykov se aferra a la fe de su Biblia, porque siempre le dio paz,» dice Marina. Mientras Bykov pelea su última batalla, representa el dolor y el valor de quienes decidieron proteger a sus seres queridos y su patria. Aunque la victoria no parezca posible, su sacrificio y determinación son un testimonio del espíritu indomable de Ucrania.

Su esposa Marina permanece a su lado en el hospital y se aferra a la esperanza de un milagro para su marido