Los ucranianos desplazados pierden sus casas en los territorios ocupados por Rusia
Tras haber tenido que huir de las zonas ocupadas por Rusia, los ucranianos desplazados pierden sus casas y otras propiedades, mientras que quienes se quedan ven con impotencia cómo las autoridades ilegítimas les quieren imponer la ciudadanía rusa a cambio de mantener sus derechos de propiedad.
El cuadro de un faro decora una pared de «Dzendzik», una pequeña pero acogedora cafetería de Leópolis. Esta ciudad en el oeste de Ucrania se ha convertido en un segundo hogar para la empresaria Ksenia Kleinos, que tuvo que huir de su ciudad natal costera, Berdiansk, en la región sureña de Zaporiyia, después de que Rusia la ocupara nada más comenzar la invasión hace más de dos años.
Al igual que el faro, todo en este establecimiento, que lleva el nombre de una isla cercana a Berdiansk, atestigua el anhelo de regresar a sus hogares en la ciudad costera que Kleinos, al igual que otros miles de residentes desplazados, conserva.
Ahora mismo, sin embargo, alguien vive en la casa de Kleinos sin su autorización.
«Primero fueron soldados rusos, después un médico», cuenta. Su coche, que se averió justo antes de que su familia escapara a los territorios controlados por Ucrania, también ha desaparecido, probablemente utilizado por los soldados.
Miles de casas han sido saqueadas u ocupadas por soldados rusos, especialmente en las zonas de primera línea, explica a EFE Anastasiia Pantelieieva, analista de la coalición de ONG de derechos humanos «Ucrania 5AM». En muchos otros casos, los propietarios que huían dejaban las llaves a quienes no podían o no querían marcharse, pidiéndoles que cuidaran de sus apartamentos.
Sin embargo, en los últimos meses, las autoridades impuestas por Rusia en las zonas ocupadas intentan proporcionar una base legal para confiscar esas propiedades «abandonadas».