El permiso de utilizar armas occidentales contra territorio ruso da un respiro a Járkov
El permiso parcial otorgado por los aliados a Ucrania para atacar territorio ruso con armas occidentales ha mejorado la situación del Ejército y los civiles ucranianos en la región y la ciudad de Járkov, aunque el peligro de ataques contra esta ciudad, la segunda más grande del país, sigue siendo alto en medio de los renovados intentos rusos de avanzar en la zona.
Las fuerzas rusas están ahora «estancadas» en la localidad de Vovchansk, la más importante de la zona fronteriza con Rusia de la región de Járkov, pese a la llegada a ese nuevo frente de más unidades hasta ahora desplegadas en otros lugares de la zona de contacto, según informó el miércoles en sus redes sociales el jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Sirski.
En otras zonas del norte de Járkov donde las fuerzas rusas hicieron rápidos avances tras lanzar una ofensiva transfronteriza contra la región hace un mes, las tropas ucranianas están recuperando posiciones.
«Hemos empezado a empujarlos fuera de (la localidad) de Gliboke, que llegó a estar bajo control total del enemigo», dijo a EFE Oles Maliarévich, subcomandante del batallón de drones de ataque Aquiles de la 92 Brigada de Ucrania.
Según Maliarévich, el permiso para usar ciertas armas occidentales contra algunos objetivos situados en territorio ruso ha sido un factor importante en esta mejora de la situación para Ucrania.
«Los lanzacohetes ucranianos HIMARS han golpeado y destruido numerosos objetivos militares al otro lado de la frontera. Como consecuencia de ello, Rusia no atacó la ciudad durante una semana», explicó el militar.
Esto ha hecho posible, además, que Ucrania pueda utilizar sus armas contra territorio ruso de una manera más efectiva.
«Después de que sistemas de defensa aérea hayan sido golpeados con HIMARS, nuestros drones empiezan a penetrar en Rusia, lo que antes era imposible», dice Maliarévich sobre los aparatos no tripulados que utiliza su unidad en esa parte del frente.
El soldado ucraniano subraya asimismo que Rusia ya no puede atacar a placer a las fuerzas ucranianas o alcanzar zonas residenciales desde el otro lado de la frontera sin arriesgarse a recibir una respuesta.