Diario de León

El frente contra Le Pen fracasa por los recelos hacia Mélenchon

La izquierda reclama un voto común, pero muchos candidatos de Macron se niegan a pedir el apoyo para La Francia Insumisa

Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de La Francia Insumisa. JULIEN MATTIA

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Beatriz Juez
París

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Mientras la extrema derecha está a las puertas del poder en Francia, la izquierda plantea la segunda vuelta de las legislativas como un referéndum que apruebe o rechace a los ultras y el partido del presidente, Emmanuel Macron, y sus aliados se encuentran divididos sobre la estrategia a seguir. Esta falta de acuerdo entre ambas fuerzas reduce cada minuto la posibilidad de constituir un frente democrático que evite que la formación de rivales de Marine Le Pen y Jordan Bardella llegue al Gobierno.

Agrupación Nacional persigue la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y lograr así las llaves de Matignon, la residencia oficial del primer ministro. Para ello insta a la ciudadanía a votarle para evitar que sea la extrema izquierda quien conquiste el poder. Fue el partido más votado en la primera vuelta de las legislativas del domingo con el 33,14% de apoyos, seguido de la alianza de partidos de izquierdas (27,99%), las siglas de Macron y sus socios (20,04%) y Los Republicanos y otros conservadores (10,74%).

Bardella, que aspira a ser nombrado primer ministro por Macron, aseguró este lunes que los franceses deben elegir entre dos opciones: «o la extrema izquierda y la amenaza existencial que constituye (para la nación) o la unión nacional alrededor de nuestros valores y de nuestra identidad». El líder ultraderechista trata así de asustar al electorado más moderado, afirmando que, si no votan por ellos, Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de La Francia Insumisa, gobernará. «No podemos confiar el destino de Francia a esos incendiarios que asumen una estrategia de conflicto permanente», dijo en una carta abierta publicada ayer en las redes sociales. Insta a votar por la alianza entre la ultraderecha y la derecha moderada, una opción política que, a sus ojos, permitirá «una ruptura responsable» con siete años de macronismo. El ultraderechista promete «orden en las calles y en las cuentas del Estado» si encabeza un Ejecutivo de cohabitación. «La alianza Macron-Mélenchon se escribe bajo los ojos atónitos de millones de franceses», denunció, por su parte, en la red social X Éric Ciotti, el controvertido presidente de Los Republicanos que se ha pasado a la extrema derecha a espaldas de los barones de su partido. Ciotti denunció que el candidato del partido de Macron en Roubaix, Tarik Mekki, ha llamado a votar en la segunda vuelta a La Francia Insumisa, David Guiraud, quien «niega el atentado antisemita del 7 de octubre (en Israel), insulta al diputado Meyer Habib (tildándolo) de cerdo y a los judíos de dragones celestes».

Por su parte, el eurodiputado Raphaël Glucksmann plantea la segunda vuelta como «un referéndum a favor o en contra de la extrema derecha». «Cualquier dirigente que, por narcisismo o cálculo estratégico, intente hacer creer que se trata de otra cosa, está trabajando para el triunfo de Agrupación Nacional», añadió Glucksmann, cabeza de lista del Partido Socialista-Plaza Pública en las elecciones europeas del pasado 9 de junio.

76 diputados elegidos

De los 577 escaños que hay en juego en la Asamblea Nacional, 76 diputados han resultado ya elegidos en la primera vuelta, entre ellos 39 de la extrema derecha y 32 de la alianza de partidos de izquierdas. Le Pen, el líder socialista Olivier Faure y Manuel Bompard, coordinador nacional de La Francia Insumisa (extrema izquierda) son algunos de ellos. Quién ocupará los 501 escaños restantes se decidirá el próximo domingo en la segunda vuelta. A diferencia de las presidenciales, en las que sólo los dos candidatos más votados pasan a la segunda vuelta, en las legislativas en la ronda final puede haber duelos entre dos, tres o incluso cuatro candidatos.

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