La izquierda laborista borra a los ‘tories’

Sin sorpresas. Al menos, así lo corroboraron este jueves por la noche las primeras encuestas a pie de urna tras el cierre de los colegios electorales en el Reino Unido y al cierre de esta edición. Los laboristas se han adjudicado una victoria histórica y habrían cosechado 410 escaños, 170 más de los que son necesarios para obtener la mayoría absoluta en el Parlamento británico.

Los sondeos confirmaron, además, la debacle tan temida por los conservadores. La formación liderada por el ‘premier’ saliente, Rishi Sunak, pasaría de los 365 asientos que logró en los comicios de 2019 a 131. Toda una catástrofe para los conservadores que han dirigido el país durante los últimos catorce años. Los liberales habrían incrementado su peso de 11 a 61 escaños, pero la sorpresa estaría en Reform UK, el partido fundado por el populista Neil Farage, que pasará a disponer al menos trece escaños.

El líder laborista, Keir Starmer, encabezará este viernes el nuevo Gobierno del Reino Unido salvo que las firmas de encuestas hayan cometido un extraordinario error. Y no es lo normal. Atrás quedará una cadena de cinco primeros ministros conservadores desde 2015 y el paso a una nueva era. Con 49 millones de electores en total, la participación se estimó en un 67%, similar a la de 2019 pero mayor a la esperada por los propios partidos y los politólogos. Estaba previsto que el recuento definitivo de votos terminase de la madrugada. En España se darán a conocer los resultados a lo largo de la mañana, según informó The Times.

Sir Keir Starmer acudirá al Palacio de Buckingham después de que Rishi Sunak haya informado al rey Carlos III de su relevo. El monarca recibirá a su tercer primer ministro en un año y nueve meses de reinado. Le encomendará la formación del nuevo Ejecutivo. Se ha convertido en un hábito que antes de entrar en su residencia oficial, en Downing Street, el nuevo jefe de Gobierno pronuncie un breve discurso. Dos altos funcionarios, el secretario del Gabinete y el secretario privado, estarán detrás de la célebre puerta con el número 10 y acogerán al nuevo gobernante.

Tras seis semanas agotadoras de campaña, Starmer se reunirá luego con los altos funcionarios para acordar el inicio de los nombramientos de nuevos ministros, recibirá información confidencial sobre asuntos urgentes, firmará las cartas sobre el uso del ‘último recurso’ a los capitanes de los submarinos nucleares y quedará sorprendido, según Tony Blair, por el incesante volumen de exigencias que le espera.