La cumbre iberoamericana reconoce el «papel y voz» de España en Iberoamérica
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, aseguró ayer que la elección de España como sede de la XXX Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos en 2026 es «un reconocimiento al papel y la voz de España en Iberoamérica» y «un éxito de la diplomacia española», declaró el político en una rueda de prensa posterior a la reunión de titulares de Exteriores de la Unión Europea celebrada hoy en Bruselas.
Albares quiso agradecer como ministro de Exteriores «y en nombre de todo el Gobierno de España, tanto a la Secretaría General Iberoamericana (Segib) como a todos los Estados miembros de la Comunidad Iberoamericana, el apoyo y la confianza en nuestro país que representa» la decisión de que la cumbre de 2026 se celebre en el país europeo.
«Venimos trabajando para que esa trigésima cumbre inicie una nueva etapa de reafirmación del sistema de cumbres. Nuestro objetivo es, además, aprobar en ese año el plan de acción de la cooperación iberoamericana para los cuatro años siguientes y consolidar de esta forma la cooperación iberoamericana, que es una piedra angular de nuestras relaciones», comentó.
También recordó que aunque la cumbre se celebrará en España en 2026, a partir del mes de noviembre de este 2024, una vez que se celebre la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno en Ecuador, España asumirá la secretaría temporal de la Comunidad Iberoamericana.
«A lo largo de todo el año 2025 se celebrarán múltiples reuniones sectoriales de todos los ministros a nivel, por supuesto, iberoamericano, hasta alcanzar ese colofón que será la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y Gobierno en 2026», subrayó.