Rusia declara la alerta antiterrorista en Kursk, Briansk y Bélgorod
Permite a las autoridades y cuerpos de seguridad ejercer un mayor control sobre la población
El Comité Nacional Antiterrorista de Rusia (NAK) declaró esta sábado el estado de alerta antiterrorista en las regiones rusas fronterizas con Ucrania de Kursk, Briansk y Bélgorod. Esta alerta permitirá a las autoridades y fuerzas de seguridad ejercer un mayor control sobre la población, restringiendo su privacidad, movimientos y derechos de propiedad. La medida se adopta después de que hace cinco días diera comienzo una incursión del ejército ucraniano en la región rusa de Kursk, en la que ya está en vigor el estado de emergencia con carácter federal, pero no aún el estado de guerra. El comité antiterrorista ruso explicó este sábado en un comunicado que el establecimiento del estado de alerta se debe a los intentos de Kiev de «desestabilizar» la situación las zonas fronterizas con Ucrania mediante un ataque que, según el NAK, ha causado «muertes entre la población civil, destrucción de viviendas y otros bienes». Esta nueva situación en las tres regiones rusas faculta a las fuerzas de seguridad del país a evacuar y reubicar a los habitantes de determinadas zonas, acordonar y cerrar el acceso a territorios, edificios e incluso a viviendas particulares. Asimismo, permite suspender el servicio de transporte público, confiscar vehículos, teléfonos móviles y ordenadores y controlar conversaciones telefónicas u otra información transmitida a través de sistemas de telecomunicaciones. También se pueden cortar líneas telefónicas, restringir la circulación peatonal y de vehículos y llevar a cabo registros domiciliarios sin orden judicial, así como confiere amplios poderes al Ejército.
Desvío de tropas
Mientras tanto, Moscú continúa enviando refuerzos a la zona de Kursk para expulsar a las tropas ucranianas que penetraron en el territorio el pasado martes. Según los canales de Telegram, se están desviando unidades rusas desde los sectores ocupados de las regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Járkov, Lugansk e incluso Donetsk, lo que vendría a corroborar que el objetivo principal de Kiev con su actual ofensiva en Kursk es debilitar el avance ruso en Ucrania. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra estadounidense (ISW), Rusia está dispuesta a interrumpir la ofensiva en la región ucraniana de Járkov para proteger la región rusa de Kursk. Los analistas del ISW sostienen que unidades rusas «involucradas en la operación en el norte de la región de Járkov ya están operando en Kursk». Los expertos consideran que esto significa que «el mando militar ruso ha decidido que el fracaso de la ofensiva en la región de Járkov es un sacrificio necesario para resistir la invasión ucraniana de Kursk».
Por su parte, el diario norteamericano The Washington Post considera que a Rusia le puede hacer falta un año para recuperar los territorios perdidos en Kursk y afirma que esta incursión ucraniana constituye «el desafío más serio al presidente Vladímir Putin desde el levantamiento de los mercenarios de Wagner» el año pasado.