Ucrania espera que la operación en Kursk ayude a revertir la guerra
Si Kiev mantiene el control se podría llegar a un acuerdo de intercambio de tierra por tierra
Imagen de un bombardeo en una ciudad ucraniana.
El éxito inicial de la incursión en Kursk da esperanzas a Ucrania de que, al quedar expuesta la vulnerabilidad de Rusia, los aliados extranjeros relajen sus restricciones al uso de armas occidentales contra territorio ruso y aumenten su apoyo para ayudar a Ucrania a proteger su integridad territorial en lugar de abocarla potencialmente hacia concesiones territoriales y de otro tipo.
Aunque es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas sobre los resultados de la operación, entre persistentes preocupaciones sobre la presión rusa en el este, muchos ucranianos han recibido las noticias de Kursk con renovado optimismo, tras la larga escasez de buenas noticias desde el frente. «Nuestras fuerzas allí pueden causar estragos entre los rusos al demostrar que ambos bandos pueden verse afectados por la guerra y que no sólo Rusia puede entrar en nuestro territorio», dijo Maksim, un soldado de 30 años de Odesa con el alias de «Forest».
La incursión también muestra a los aliados que «el demonio no es tan terrible como lo pintan « y que los rusos también tienen debilidades, subraya.
La «operación militar especial» de Ucrania en Kursk es «una acción asimétrica» que demuestra que los ucranianos son «audaces y valientes», mientras que los rusos no son tan «fuertes y temibles», afirma también la analista de asuntos internacionales Olga Tokariuk. «Si este cambio de percepción ayuda a Ucrania a conseguir más apoyo para sus acciones en territorio ruso, entonces la operación merece la pena», subraya en X.
Son estas «acciones asimétricas» las que pueden servir para que Ucrania consiga la victoria, en un contexto de continua ventaja de Rusia en número de fuerzas y equipamientos y de lento apoyo militar por parte de los aliados, explica Oleksi Melnik, experto en seguridad internacional del Centro Razumkov de Kiev.
Para impedir que Rusia siga aumentando sus fuerzas en Ucrania, Ucrania necesita la capacidad de destruir la logística militar rusa al otro lado de la frontera, subraya. Aunque el país invadido ha ido desarrollando sus propios medios para atacar a Rusia, necesita que los aliados le den finalmente el permiso para utilizar potentes misiles de largo alcance, como los ATACMS para golpear a Rusia, explica Melnik.
Si se eliminan los límites a las armas de largo alcance de Ucrania, el final justo de la guerra estará mucho más cerca, subrayó el presidente ucraniano Volodimir Zelenski el domingo.
Exponiendo la debilidad de Rusia
El progreso que Rusia había logrado últimamente en partes de la región de Donetsk en Ucrania había llevado a un creciente pesimismo tanto en Ucrania como en Occidente. Afectados también por la falta de certeza del apoyo continuo de los EE. UU. y otros aliados, el número de ucranianos abiertos a concesiones territoriales a Rusia había estado creciendo a pesar de que la mayoría, al menos en Ucrania, tienen claro que Rusia rompería cualquier tregua sin garantías de seguridad serias recibidas por el país invadido. «Aunque las pérdidas de Rusia en Ucrania hacen que su estrategia militar sea insostenible a largo plazo, la guerra a menudo se basa en percepciones y no en la realidad sobre el terreno», explicó Melnik.
Los ucranianos esperan que la operación de Ucrania en el este ya haya contribuido a cambiar estas perspectivas, tanto dentro como fuera de Ucrania, aunque los objetivos exactos de la operación siguen sin estar claros. «Rusia, como entidad a la que hay que temer, ya no existe», subrayó el domingo Mijailo Podoliak, asesor de la oficina presidencial de Volodimir Zelenski. El sorprendente avance de Ucrania en Kursk ha subrayado múltiples deficiencias del ejército ruso, incluida su lenta toma de decisiones, la débil comunicación interna y la escasez de soldados, sostiene el analista militar Oleksander Kovalenko.
Si Ucrania es capaz de mantener su control sobre los territorios rusos capturados, esto podría allanar el camino para un posible intercambio de «tierra por tierra» entre Ucrania y Rusia, en contraposición al ultimátum ruso de «paz por territorios».