Israel lanza el mayor ataque contra Hizbula en cerca de dos décadas
El grupo chií venga a su máximo comandante con cientos de drones y cohetes contra territorio judío
Israel bombardeó intensa y preventivamente la madrugada del domingo el sur de Líbano, con más de 100 aviones de combate para frustrar un «ataque inminente» de Hizbulá, y destruyó miles de lanzaderas que apuntaban al norte y centro del país mientras el grupo chií logró disparar unos 300 proyectiles, la mayor escalada bélica entre las partes en casi dos décadas.
El bombardeo esta madrugada por parte de Israel contra Líbano tras identificar que Hizbulá preparaba un ataque extensivo contra su territorio, algo reconocido por la milicia chíi, es el mayor desde el lanzado en 2006, en el que murieron más de 1.000 libaneses.
Hizbulá, afín a Irán, indicó que había lanzado hacia Israel más de 320 proyectiles y drones contra once cuarteles israelíes, como venganza por el asesinato de su máximo comandante militar, Fuad Shukr, el 30 de julio en Beirut, una represalia que «fue completada y lograda por hoy».
Los bombardeos israelíes han causado de momento tres muertos —uno es un miliciano del grupo chií Amal— en el sur de Líbano, donde se espera por la tarde una alocución del líder de Hizbulá, Hasán Nasrallah.
El Ejército israelí detectó alrededor de 210 cohetes y unos 20 drones explosivos lanzados por Hizbulá hacia el norte de Israel, donde impactaron algunos proyectiles causando daños leves, aunque la mayoría fueron interceptados.
Las autoridades israelíes creen que el grupo libanés tenía como objetivo de sus misiles la base de Gilot, cerca de la ciudad mediterránea de Herzliya, en el centro del país, donde se ubican varias unidades de inteligencia del Ejército y la sede del Mosad.
El grupo chií libanés Hizbulá lanzó ayer la prometida respuesta al asesinato de su máximo comandante, Fuad Shukr, que llegó en forma de cientos de cohetes y drones contra el norte de Israel tras casi un mes de espera con ambos países sumidos en el miedo a una guerra abierta.
La venganza incluyó el lanzamiento de al menos 320 proyectiles contra once instalaciones militares diferentes, la mayoría cercanas a la frontera común, lo que buscaba «facilitar el paso de drones de ataque hacia sus objetivos designados en lo profundo» del territorio israelí, según un comunicado de Hizbulá.
El Estado judío cree que la intención del movimiento chií era alcanzar la base de Gilot, cerca de la ciudad mediterránea de Herzliya, en el centro, cercana a Tel Aviv y donde se ubican varias unidades de inteligencia del Ejército y la sede de su agencia para el exterior, Mosad.
Entre la lista de objetivos anunciados por Hizbulá, está la principal base de inteligencia aérea para el norte de Israel, en Merón, que ya fue atacada en varias ocasiones anteriores; así como cuarteles en los Altos del Golán ocupados, también considerados de envergadura.
El inicio de la respuesta se produjo tras 72 horas especialmente intensas de ataques por parte de Israel, que ya preveía que se produjera a corto plazo tras casi un mes de demoras.
En medio de una intensificación de su campaña contra Hizbulá en el sur del Líbano, el Estado judío mató el viernes a siete combatientes del grupo con cinco bombardeos selectivos en un solo día, que además cerró con ataques aéreos contra objetivos vinculados también en Siria.
Esfuerzos de desescalada
Las últimas casi cuatro semanas a la espera de una respuesta al asesinato de Shukr ya habían despertado intensos contactos internacionales para evitar una mayor escalada, la suspensión de un gran número de vuelos a Beirut y llamados de las embajadas para que sus ciudadanos abandonaran el Líbano.
Todo ello se volvió a renovar este domingo, con compañías como la jordana Royal Jordanian anunciando nuevas suspensiones en sus rutas a la capital libanesa y la cancelación de una serie de vuelos principalmente desde ciudades de la región y sus alrededores.
Sin embargo, la Aviación Civil libanesa ha asegurado que, pese a ello, las operaciones continúan con normalidad en el Aeropuerto Internacional Rafic Hariri, el único del país.
Mientras tanto, se han acelerado los contactos para tratar de contener la situación y los llamados a la desescalada, entre otros por parte de la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) y de la oficina de las Naciones Unidas en el país.