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Israel y Hezbolá mantienen su pulso

La violencia se mantiene a la sombra de unas negociaciones sobre Gaza que están estancadas

Un hombre armado, junto a sus hijos, ayer, en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv. ABIR SULTAN

Publicado por
Mikel Ayestaran
Estambul

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Tras un fin de semana marcado por el intercambio de golpes más grave entre Israel y Hezbolá desde la guerra de 2006, ambos bandos parecieron dar por cerrado el capítulo y ayer volvió esa especie de ‘statu quo’ que, de momento, no eleva la crisis a guerra total. Los israelíes realizaron un ataque selectivo contra un dirigente de Hamás en Saida, 45 kilómetros al sur de Beirut, y la milicia del Partido de Dios lanzó varios cohetes que volvieron a activar las sirenas en el norte. La violencia se mantiene a la sombra de unas negociaciones sobre Gaza que permanecen prácticamente estancadas. La milicia islamista rechaza la propuesta actual de los mediadores ie Israel y ayer todos cerraron una nueva jornada sin resultados, lo que apunta a un proceso más largo de lo esperado.

El diario catarí Al-Araby Al-Jadeed informó de un nuevo intento para desbloquear la situación con la posibilidad de un acuerdo parcial sobre la primera fase del alto el fuego, lo que permitiría los primeros intercambios de rehenes por presos palestinos. Los mediadores también presionan para que ambas partes sespeten un cese de las hostilidades de cuatro a siete días para distribuir vacunas contra la polio.

Tras el «ataque preventivo» lanzado por Israel el sábado contra objetivos de la milicia chií vinculada a Irán, en el que tomaron parte un centenar de aviones de la fuerza aérea, Hizbolá disparó 210 cohetes y 20 drones. El máximo responsable del partido milicia, Hasán Nasrala, declaró que esta fue la respuesta al asesinato del comandante Fuad Shukr el mes pasado, y que se había completado «según lo planeado».

No se produjeron víctimas civiles y esta es una de las líneas rojas que israelíes y libaneses tratan de no cruzar en cada una de las operaciones que realizan. El Partido de Dios abrió este frente en solidaridad con Hamás tras el ataque del 7 de octubre y Nasrala insiste en que los ataques cesarán cuando llegue el alto el fuego a la Franja.

Desde Teherán se apresuraron por dar por zanjada la grave escalada del fin de semana y la consideraron un éxito, aunque se desconoce el balance de daños en el lado israelí. Nasser Kanani, portavoz de Exteriores, declaró que el ataque de Hezbolá «se extendió profundamente hacia los territorios ocupados» y dijo que el «equilibrio estratégico ha experimentado cambios fundamentales» a favor de la milicia libanesa. Por su parte, el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, se mostró muy crítico con su homólogo de Defensa, Yoav Gallant, y pidió abandonar de una vez «la concepción militar derrotista contra Hezbolá» para lanzar una «guerra decisiva» contra este el grupo.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) matizó ayer que sus clínicas en Gaza siguen funcionado con «increíbles dificultades» en las últimas horas, a pesar de que la propia ONU había informado que paralizaba sus operaciones en la Franja tras nuevas órdenes israelíes de evacuación.

«Solo puedo hablar en nombre de la Unrwa, pero estimaría que 15.000 personas han recibido ayer servicios sanitarios proporcionados por nuestro personal en la Franja de Gaza», dijo el director de planificación de la Unrwa, Sam Rose.

Asistencia sanitaria

La ONU dice que sus clínicas en Gaza siguen abiertas pero con «increíbles dificultades»