La policía chavista asedia la Embajada de Argentina que acoge a opositores refugiados
Tensión y miedo viven desde la noche del viernes los seis opositores a Nicolás Maduro que desde marzo pasado se encuentran refugiados en la Embajada de Argentina en la capital venezolana, Caracas. Los acogidos en la legación diplomática denunciaron la presencia de patrullas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (Daet) con agentes encapuchados que rodean y asedian la residencia. La Embajada argentina se encuentra bajo la custodia de Brasil desde el pasado 5 de agosto, cuando el régimen chavista rompió relaciones con el país presidido por Javier Milei por sus críticas a Maduro, lo que derivó en la expulsión de los diplomáticos argentinos.
La ministra de seguridad argentina, Patricia Bullrich, se mostró ayer en una entrevista «consternada con lo que está sucediendo, la posible incursión y toma de la embajada que en este momento está bajo la bandera de Brasil», lo que supondría «violar todas las normas internacionales», aseguró. Tras recordar que «ahí hay un equipo de gente que colaboraba y colabora con la campaña de María Corina Machado y Edmundo González», la ministra hizo un llamamiento a toda la comunidad internacional y a todos los venezolanos a resistir esta brutalidad, una más del régimen absolutamente autoritario y dictatorial de Maduro.
«Los argentinos estamos totalmente decididos a no dejarnos arrebatar ni a que haya una intromisión a nuestra embajada», manifestó Bullrich. Además, el Gobierno de Milei ha solicitado en un escrito a la Corte Penal Internacional una orden de detención contra Maduro y otros miembros del régimen chavista. Pero en un movimiento que hace presagiar que en cualquier momento las fuerzas de seguridad venezolanas podrían asaltar el edificio, el Gobierno bolivariano revocó ayer mismo y con carácter inmediato la autorización que tenía Brasil para representar a la sede diplomática argentina en territorio venezolano. La revocación incluye la «custodia de los locales de la misión», así como «sus bienes y archivos», según un comunicado de Cancillería de Caracas.