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Biden estudia destruir con Israel las bases petroleras para someter al régimen iraní

El precio del crudo se dispara otro cuatro por ciento y ya advierten de que podría llegar a los 150 dólares

Imagen de los bombardeos de Israel en el pueblo de Khiam, en el sur del Líbano. STR

Publicado por
Agencias
Beirut

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este jueves que está dialogando con Israel sobre la posibilidad de atacar las instalaciones petroleras de Irán, en represalia por el ataque que Teherán lanzó este martes con cerca de 200 misiles sobre territorio israelí. Biden hizo estas declaraciones a la prensa en el jardín sur de la Casa Blanca, antes de subir al helicóptero Marine One para viajar a Florida y Georgia e inspeccionar los daños causados por el huracán Helene.

En medio del ruido de las hélices del helicóptero, un periodista le preguntó: «¿Apoyará usted que Israel ataque las instalaciones petroleras de Irán?», a lo que el mandatario respondió: «Estamos discutiendo eso».

En respuesta a preguntas de otro periodista, Biden afirmó que Israel no va a tomar ninguna acción de represalia hoy y dejó claro que EE.UU. no «permite» a Israel hacer nada, sino que se limita a dar consejo a su mayor aliado de Oriente Medio y del que es su mayor proveedor de armamento. «En primer lugar, nosotros no ‘permitimos’ nada a Israel. Aconsejamos a Israel. Y no va a pasar nada hoy», subrayó.

El presidente dijo este miércoles a la prensa que no apoyará un ataque israelí contra instalaciones nucleares de Irán en represalia por los ataques de Teherán contra territorio israelí.

Esos ataques de Irán contra Israel fueron los primeros desde abril, cuando Irán atacó con misiles y drones dos bases aéreas israelíes en el Negev y alcanzó puntos del territorio ocupado de los Altos del Golán, aunque Israel, Estados Unidos o países árabes sobre los que sobrevolaron lograron interceptar la mayoría de proyectiles.

La ofensiva del martes tuvo lugar en pleno aumento de la tensión en la región después de que el lunes Israel anunciara el envío de tropas al sur de Líbano para desmantelar infraestructura del grupo chií libanés Hizbulá, lo que llega tras más de una semana de intensos bombardeos israelíes contra el sur y el este del país.

Esos bombardeos israelíes han dejado ya casi 2.000 muertos y un millón de desplazados, según las autoridades libanesas.

La tensión en Oriente Medio vuelve a dejarse notar con especial virulencia en el mercado de materias primas, donde el barril de crudo Brent -de referencia en Europa- se disparó ayer otro 4% hasta superar por momentos los 77 dólares. En apenas tres sesiones, desde que se recrudeciese el conflicto entre Irán e Israel, el oro negro ha subido un 8% y, si se mantiene en estos niveles, firmará su mayor subida semanal en ocho meses. Todo apunta a que así será, sobre todo tras los rumores que alertan de un ataque israelí a plataformas petrolíferas de Irán, siendo este uno de los cinco mayores productores mundiales de crudo, con lo que eso implicar para toda la economía global. Es cierto que los niveles actuales de precios están lejos de los 100 dólares que llegó a rozar el pasado año. Pero la subida preocupa, y mucho, a los agentes financieros, que solo esperan que el conflicto bélico no vaya a más. Cabe recordar que, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), por cada 10% que se revaloriza el precio del crudo, el crecimiento de la economía se detrae un 0,2%. A eso se suma el impacto que el petróleo tiene sobre la inflación, justo en un momento en el que los principales bancos centrales del mundo están apostando por recortar los tipos de interés, con la evolución de los precios casi bajo control. Ahora, si la tensión geopolítica se extiende en el tiempo, esa estrategia podría verse seriamente comprometida, a juicio de los expertos. En una nota a clientes, los analistas de Goldman Sachs ya han advertido que, en un escenario extremo, el precio del petróleo podría alcanzar incluso los 150 dólares el barril. Sobre todo por la implicación de Irán y su papel como miembro de la OPEP y posibles represalias en forma de interrupciones en el suministro.