Los primeros 16 migrantes deportados por Italia desembarcan en Albania
Ya están en Albania los 16 inmigrantes (diez provenientes de Bangladés y seis de Egipto) que el buque de la Marina Militar italiana ‘Libra’ rescató cuando trataban de llegar a la isla de Lampedusa, en el Mediterráneo Central. Los desplazados se encuentran ahora en uno de los dos centros de internamiento para extranjeros que el Gobierno de Giorgia Meloni ha construido en el país balcánico gracias al polémico acuerdo firmado el año pasado con el primer ministro albanés, Edi Rama.
Son los primeros inquilinos de estos campamentos. Con esta iniciativa el Ejecutivo conservador de Roma pretende lanzar un mensaje a los migrantes irregulares que quieren llegar a Europa occidental: no lo conseguirán ya que serán internados en estos centros de Albania, desde donde se gestionará su repatriación hacia sus naciones de origen.
Este modelo, muy criticado por las organizaciones humanitarias, no gustó al principio en Bruselas, aunque la línea política de la Unión Europea parece haber cambiado, como mostró ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al afirmar que su disposición a «explorar la posibilidad» de contar con centros de gestión para los migrantes y solicitantes de asilo fuera del territorio de los Veintisiete. Meloni espera que este proyecto contribuya a que siga cayendo el número de personas que desembarcan en las costas italianas tras cruzar el Canal de Sicilia. En lo que llevamos de año han sido 54.129 frente a las 140.481 del mismo período de 2023. La reducción, superior al 60%, ha sido posible gracias a los acuerdos alcanzados por la Unión Europea e Italia con Libia, Túnez y Egipto para que refuercen el control de sus fronteras.
Meloni espera poder construir centros similares a los que ha levantado en Albania en alguna de estas naciones norteafricanas para conseguir que la cifra de inmigrantes irregulares continúe bajando. De manera simultánea, el Ejecutivo de Roma se ha propuesto simplificar el farragoso y poco práctico sistema para migrar de manera regular al país de manera que puedan entrar a Italia legalmente 452.000 trabajadores extranjeros hasta 2026.
También ha asegurado que acelerará las repatriaciones de los inmigrantes en situación irregular, una promesa que se topa tanto con las dificultades burocráticas del proceso como con la negativa de muchos países a que regresen sus nacionales.