Diario de León

Harris-Trump: el duelo sin un vencedor claro mantiene en vilo a EE UU y el mundo

Trump, que da por hecha su victoria y espera que no se la «vuelvan a robar», se declarará ganador pase lo que pase

Donald Trump y Kamala Harris , durante reuniones con seguidores el pasado fin de semana en Milwaukee y East Lansingo. FIRMA

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Mercedes Gallego
Nueva York

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Donald Trump ni siquiera se había subido al escenario de Grand Rapids (Michigan), donde esta madrugada acaba de cerrar su campaña, y Kamala Harris apenas acababa de terminar su último discurso en Filadelfia (Pensilvania) cuando la pedanía de Dixville Notch (New Hampshire) ya tenía los resultados de su diminuta población: 3 votos para Donald Trump y 3 para Kamala Harris.

De acuerdo con la tradición, Dixville Notch presume de avanzar el resultado electoral del país con una muestra profética, que esta vez también resulta salomónica. El empate coincide plenamente con el de las encuestas, que no han sido capaces de adelantar a un ganador en el marcador. Ambos candidatos salieron a poner la última palabra con la convicción de que hoy ganarán las elecciones.

De los siete estados que han concentrado su atención, Pensilvania se convirtió en el escenario de la batalla final. Los dos se disputaron los votos mano a mano hasta el último minuto, cruzándose en Pittsburgh. De ahí, Trump se dirigió a Grand Rapids (Michigan), para intentar repetir el final de campaña que dio pie a su victoria de 2016. «¿Os acordáis?», preguntó nostálgico a su público. «Nos daban un 3% de posibilidades, y yo les decía, ¿cómo vamos a perder con una audiencia como esta?».

A la de ayer de madrugada, que le esperó con entusiasmo a deshoras, prometió devolver el brillo de la industria automovilística de Detroit, imponiendo aranceles del 10% sobre todos los coches que se fabriquen o se importen desde México. «¡O el cien por cien, o el doscientos por cien!». Aranceles que promete mantener e incluso extender a China mientras dejen entrar fentanilo, la droga que suma doscientos muertos diarios en EEUU.

Su convencimiento de que vuelve a tener a tiro la Casa Blanca se trasladó en veladas amenazas con revueltas sociales, si no se respeta su presunta «victoria».

«Espero que no se roben las elecciones otra vez, la gente está ya muy enfadada» advirtió. Según dijo, va 20 puntos por encima, por lo que no hay margen posible para la derrota. Tanto acaricia ya su vuelta a la mansión presidencial, que en ese último discurso se deleitó recordando su estancia en el dormitorio de Abraham Lincoln, «una experiencia surrealista, extracorporal», dijo mitómano. Los más de 900 mítines que según él ha dado no parecían haber hecho mella en su vitalidad desbordada con extenuantes discursos que se acercaron a las dos horas, tanto en Pittsburgh como en Grand Rapids.

Por contra Harris puso el contador para dar paso al himno de Beyoncé con ‘Freedom’ a los 20 minutos, eso sí, precedida por Ricky Martin, Lady Gaga y Oprah Winfrey, en un festival callejero de entusiasmo esparcido por las calles de la ciudad. Casi 75 millones de personas han votado ya en Estados Unidos de los 220 que tienen derecho. Las cartas están echadas y, según Trump, celebrará «la mayor victoria política de la historia de EEUU». Su rival, «una lunática radical de izquierdas», se ha conformado con ignorar sus ataques para marcar el contraste entre las dos campañas. Esa «mayor victoria política de la historia», en palabras del expresidente, podría cantarse hoy mismo por la mañana.

Primer empate

Una pedanía de New Hampshire da el primer resultado: 3 votos para Trump y 3 para Harris
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