Netanyahu ofrece «millones de dólares» y una salida segura a Hamás por los rehenes
Las familias de los rehenes acusan desde hace meses a Benjamín Netanyahu de no dar prioridad a su liberación, pero las movilizaciones semanales no hacen cambiar de opinión a un primer ministro israelí que apuesta por el uso máximo de la fuerza en todos los frentes. Después de un largo tiempo sin contactos, la muerte en combate de Yahya Sinwar, líder de Hamás, ha reactivado el proceso de negociación indirecta y se han puesto varias alternativas para lograr acuerdos sobre la mesa. Ninguna convence a un Netanyahu que, según el Canal 12, habría ordenado a sus mediadores ofrecer a los captores «varios millones de dólares» por soltar a los cautivos, además de una «salida segura» para ellos y sus familias.
Este mismo escenario ya se planteó al propio Sinwar en el comienzo de la guerra, pero no funcionó la oferta de una salida segura al líder de los islamistas a cambio de los secuestrados. Hamás se mantiene firme en sus exigencias de un alto el fuego definitivo y la retirada de las fuerzas enemigas para aceptar el intercambio de rehenes por presos palestinos. Las familias estiman que quedan 101 en poder de las milicias de Gaza, aunque al menos la mitad habrían muerto, según los servicios de inteligencia hebreos. En el otro lado, Netanyahu también se mantiene firme en su intención de no aceptar bajo ningún concepto un acuerdo que le obligue a detener la guerra, aunque el precio a pagar sea la vida de los cautivos.
Las negociaciones en El Cairo y Doha se desarrollan a la sombra de las elecciones de Estados Unidos, después de que en estos trece meses la Casa Blanca ha sido incapaz de desbloquear la situación. Bibi ha tenido siempre la última palabra, sin problemas para cruzar líneas rojas marcadas por Joe Biden, como fue la operación contra Rafah. Ahora está a punto de cumplirse el ultimátum del presidente norteamericano para que Israel incremente el nivel de asistencia humanitaria o se arriesgue a posibles restricciones en la financiación militar, pero el Gobierno de Tel Aviv está muy lejos de cumplirlo.
En la Franja, a la escasez provocada por el cerco hay que sumar la decisión de algunos tenderos de ocultar la mercancía que tienen almacenada para provocar una subida de los precios.