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ELECCIONES DE ESTADOS UNIDOS

J. D. Vance, futura mano derecha de Trump en el Despacho Oval

El senador de Ohio, que ha pasado de crítico a máximo defensor, será el hombre de confianza del presidente en la Casa Blanca

JD Vance durante un mitin de campaña.EFE/EPA/ERIK S. LESSER

Publicado por
Agencias

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Donald Trump podía haber elegido como pareja electoral a alguien como el senador de Florida Marco Rubio, que le ayudase con los hispanos, o al de Carolina del Sur, Tim Scott, para que le granjease a los afroamericanos. En lugar de eso nombró vicepresidente al senador de Ohio J. D. Vance, de 39 años, que por su juventud y orígenes humildes ofrece un refrescante contraste con el magnate de 78 años nacido con cuchara de oro.

Es una muestra de la fuerza del MAGA, el movimiento 'Make America Great Again' impulsado por el magnate republicano (Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande), que encuentra en Vance a un ideólogo que lo dotará de contenido y perpetuará en el tiempo, mucho más allá de la existencia de su creador. Reivindica el populismo sin complejos y lo explica a izquierda y derecha, sin saltarse a los libertarios, de los que también toma pistas. Su filosofía económica demoniza a los inmigrantes por convertirse en la mano de obra barata que depaupera los empleos de millones de estadounidenses.

Nacido en el seno de una familia disfuncional en Middletown Ohio, se crió principalmente con su abuela debido a la drogadicción de su madre, que se divorció de su padre cuando él era un bebé y siguió presentándole nuevos maridos. De su infancia recuerda comprar comida con cartilla de beneficencia, y aún así lograr graduarse de Derecho en la Universidad de Yale y trabajar en un fondo de inversiones en Silicon Valley.

El puente entre esas dos vidas fue alistarse en los marines, con los que estuvo desplegado en Irak, aunque no entró en combate. También se lo debe al multimillonario Peter Thiel, un inversor de Silicon Valley al que conoció en Yale y le llevó de la mano hasta la meca tecnológica. Vance es el primer vicepresidente 'millennial' que podrá verse en la Casa Blanca y también el tercero más joven de la historia de Estados Unidos -hay que remontarse a 1857 para encontrar a otro-.

Demoniza a los migrantes

J. D. Vance reivindica el populismo sin complejos y su filosofía económica demoniza a los inmigrantes por convertirse en la mano de obra barata que depaupera los empleos de millones de estadounidenses.

Se hizo famoso por la publicación de su novela autobiográfica 'Elegía rural', un 'bestseller' que acabó en pantallas de cine de la mano del director Ron Howard, con un casting en el que participó Amy Adams y Bo Hopkins. Corría el año 2015 y el fenómeno Trump resultaba un misterio para lectores como Barack Obama y Oprah Winfrey, que querían entender al país que se les había escapado sin tener que comulgar con el magnate.

Se trataba de acercarse a esa América profunda y depauperada a la que el magnate neoyorquino había devuelto la esperanza. En retrospectiva, Vance sabe que la mayoría de los que compraron su libro no comulgan con él y hasta apreciaban sus críticas de Trump.

Defiende los aranceles proteccionistas para proteger el mercado interno y crear nuevos puestos de trabajo mejor pagados que no tengan que competir con la mano de obra barata que suponen los inmigrantes. En política exterior defiende el pragmatismo económico de su jefe, salvo temas personales. En esa línea Ucrania queda fuera de su mira. Es una guerra que no cree que se pueda ganar y que por tanto no merece la inversión de Estados Unidos. Su foco está puesto en China, un país que, según sus cuentas, solo tardará 20 o 30 años en competir militarmente con Estados Unidos. "Deberíamos ponérselo difícil", ha dicho. Quiere proteger a Taiwán sin enfurecer a China, y a Ucrania sin asustar a Rusia, que pide desde el principio la neutralidad de Kiev en el mundo.

Se ha hecho inseparable de Trump. Al conocerle empezó a gustarle, sobre todo cuando este lo escogió hace dos años para castigar en primarias al senador republicano Rob Portman, al que Vance derrotó en las urnas con el apoyo del magnate. Fue una conversión al trumpismo en toda regla, que ahora hace de él el futuro del movimiento.

Su sucesor

Si siempre se dice que un vicepresidente está a un latido de ser presidente, en este caso su futuro en el Despacho Oval es casi seguro. Constitucionalmente Trump no podrá volver a gobernar más que un mandato de cuatro años. El vicepresidente es su sucesor más probable, incluso si tiene que esperar a que a este le falle la salud.

Y mientras, se apunta a las deportaciones masivas, el cierre de las fronteras y las restricciones de visados. Paradójicamente está casado con una inmigrante de India que conoció en la Universidad de Yale y con la que tiene tres hijos. Es su manera de distinguir entre la migración legal e ilegal y de encontrar soluciones para la promesa de una vida mejor que a él le ha llevado desde la marginalidad del cinturón industrial de Ohio hasta el umbral de la Casa Blanca.