«Vamos a darle la vuelta a este país, lo sanaremos y lo haremos mejor que nunca»
Trump reconquista América
Los EE UU profundos hacm presidente por segunda vez al republicano, que se come a Kamala
Trump reconquistó ayer USA. La América profunda le ha vuelto a dar el poder. Salvo la costa oeste, la zona de influencia de Nueva York y los estados de Minesota, Ollinois, Nuevo México y Colorado, que votaron a Kamala Harris, el mapa de Estados Unidos se ha teñido de rojo, el color de los republicanos. Su triunfo es incontestable. De principio a fin, los 25 minutos que duró el discurso de victoria de Donald Trump fueron ‘Maga’ en estado puro. El ‘Make America Great Again’ elevado a la máxima potencia. Rodeado de su equipo y familia, en un escenario con decenas de banderas gigantes que hacían parecer pequeño a su hijo Barron, de dos metros de estatura, y ante un público entregado, el presidente electo dio rienda suelta a su particular estilo, a la marca inconfundible que le ha llevado por segunda vez a la Casa Blanca y que ha generado, en sus propias palabras, «el movimiento político más grande que se ha visto nunca en este país».
El candidato republicano no quiso esperar demasiado para salir a celebrar su triunfo. Lo hizo a las 2:24 de la madrugada en Florida (seis horas más en España), una vez que su gran aliado mediático, Fox News, fue el primero en proyectar el resultado final, y mientras los simpatizantes demócratas plegaban velas en Washington tras la cancelación del discurso de Kamala Harris. El magnate neoyorquino cruzó el telón azul al ritmo de ‘God Bless the USA’, el tema del cantante country Lee Greenwood que se ha convertido en su himno de campaña, y desplegó un discurso eufórico sin ahorrar en épica: «Hemos hecho historia».
Trump se mostró hasta sorprendido por el alcance de la victoria al extenderse al Senado y la Cámara de Representantes: «Nadie lo esperaba, nadie». Un control total que otorga a los republicanos «un mandato poderoso, sin precedentes» para desarrollar su proyecto de regreso a las raíces norteamericanas. «Vamos a darle la vuelta a este país. Vamos a sanarlo porque necesita ayuda urgentemente, arreglaremos las fronteras, lo arreglaremos todo y haremos este país mejor que nunca», prometió el presidente electo. En una de sus mayores grandilocuencias, dibujó el inicio de «una era dorada».
Entre insistentes referencias al liderazgo mundial de Estados Unidos, Trump incluso se llegó a arrogar un mandato divino. «Dios me perdonó la vida por un motivo: para que yo salve América», dijo en referencia al intento de asesinato que sufrió en julio durante un mitin en Pensilvania. Esa supuesta orden celestial, reconoció, «será difícil», pero la tratará de cumplir bajo el mismo lema que en su primer ciclo: «Las promesas que se hacen se cumplen». Entre esas intenciones, destacó uno de sus ‘leitmotivs’, el de la inmigración, en el que habló de «sellar las fronteras».
«Vamos a tener que cerrar las fronteras», lanzó, si bien agregó que se permitirá que «algunos entren a nuestro país, pero legalmente». En el terreno militar, y en una era especialmente delicada en la geopolítica por los frentes en Ucrania y Palestina, Trump sacó su lado menos beligerante: «Yo no voy a iniciar ninguna guerra, las voy a parar». A Netanyahu le dio dos meses para acabar la guerra en Gaza.