La creciente presencia militar no permitió a la población abandonar su preocupación por un ataque
Bush asegura que el régimen iraquí constituye un peligro para el mundo
El presidente de EE.UU., George W. Bush, asegura que la disputa con Corea del Norte puede resolverse diplomáticamente, mientras estudia una acción
El presidente de EEUU, George W. Bush, dijo el martes que la disputa con Corea del Norte, país que supuestamente posee armas nucleares, puede resolverse diplomáticamente, mientras estudia una acción militar contra Irak por estar cerca de tenerlas. «No sabemos si (Irak) tiene o no armas nucleares», dijo Bush en su rancho cerca de Crawford (Texas), donde insistió en que «Sadam Husein ha desafiado a la comunidad internacional», y que «ahora hemos unido al mundo para enviarle una señal clara: esperamos que se deshaga de su armamento de destrucción masiva». Para Bush, Irak, Corea del Norte e Irán forman un «eje del mal» y el régimen iraquí constituye un «peligro para sus vecinos y para el mundo». Mientras tanto, el Pentágono continúa acumulando fuerzas militares para emprender una eventual campaña contra Irak, y está elevando de 60.000 a 100.000 el número de soldados que operarán en la región a fines de mes. Un ataque injustificable No obstante, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, declaró el martes que sería injustificable un ataque contra Irak antes de que los expertos en desarme de la ONU presenten a las Naciones Unidas su informe sobre el resultado de sus inspecciones en ese país. En Irak, pese a que ayer no era día festivo, los inspectores prosiguieron su trabajo y visitaron dos instalaciones en el país, según el ministerio de Información iraquí. Los técnicos de la Comisión de Inspección, Verificación y Vigilancia de la ONU (UNMOVIC) y del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) recorrieron la fábrica Munshaat al Harez, a unos 45 kilómetros al norte de la capital, en la que «se realiza el mantenimiento de misiles tierra-aire». Otro equipo de inspectores visitó la compañía Al Mayed, en la zona de Ameriya, en el este de Bagdad, que produce misiles cuyo alcance es de menos de 150 kilómetros, no prohibidos por la Organización de las Naciones Unidas. Así, los iraquíes recibieron el año nuevo inquietos por la amenaza de una eventual guerra de consecuencias impredecibles para su país, acusado por EE.UU. y el Reino Unido de almacenar armas de destrucción masiva. Pese a los deseos de que al final la crisis iraquí encuentre una solución pacífica, la creciente presencia militar estadounidense en el golfo Pérsico no permitió a la población abandonar su preocupación ni los preparativos para afrontar un posible ataque. «Sí intercambiamos deseos de próspero año nuevo, pero la gente aquí está más preocupada por las semanas, y posiblemente meses, difíciles que afrontarán si nuestro país es agredido», Kazem, un conductor de taxi de unos 50 años. «Todo el mundo recibe el año nuevo esperando lo bueno, pero los iraquíes, al contrario, estamos amenazados (..). Para nosotros el 2003 es un año más de sanciones y amenazas», añadió el taxista. Durante la Nochevieja, los medios de comunicación iraquíes difundieron sus programas habituales, y casi la única referencia a la despedida del año la hizo la televisión estatal, al transmitir un programa sobre el «raís» (presidente) Sadam Husein, a quien calificó como «el hombre del 2002», concluyó el taxista.