Los hombres que aguantaron con Salvador Allende fueron asesinados y arrojados al mar

Los cuerpos de 12 de los 21 detenidos en el palacio chileno de La Moneda durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y ejecutados dos días después, fueron arrojados al mar y ninguno pidió clemencia al morir, según testimonios de ex militares, revelados ayer por el diario «La Nación». Los testimonios también ratifican que el general retirado chileno, Luis Ramírez Pineda, comandante del Regimiento Tacna, detenido desde septiembre pasado en Buenos Aires a petición de la justicia francesa, fue quien ordenó asesinar a los asesores y colaboradores del presidente Salvador Allende. «La Nación», en un extenso reportaje, revela antecedentes inéditos de la investigación a cargo del juez Juan Carlos Urrutia, quien, según el matutino, procesará en los próximos días a Ramírez Pineda y otros cuatro suboficiales del regimiento Tacna, por el delito de secuestro. En base a los testimonios de un capitán y otros dos suboficiales del Ejército, todos en retiro, el periódico informa de los detalles del trágico destino de los hombres que se quedaron hasta el final con Allende en el palacio presidencial de La Moneda el día del golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet. Uno de ellos, el capitán en retiro, Jorge Herrera Lóez, contó su versión en julio pasado, antes de someterse a una delicada intervención quirúrgica, a la jueza Amanda Valdovinos, encargada de investigar el destino de los detenidos desaparecidos bajo la dictadura (1973-1990). Herrera López, que en 1973 tenía 21 años, era subteniente y servía en el regimiento Tacna, fue uno de los uniformados que entraron en el palacio presidencial el 11 de septiembre y también uno de los que encabezó el pelotón de fusilamiento que terminó el 13 de septiembre con la vida de los principales asesores del asesinado gobernante socialista.