Diario de León

Preparativos de guerra mientras se busca la paz

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El presidente estadounidense se ha empeñado en quitar del medio a Sadam y lidera una postura que parece llevar inevitablemente a la guerra. Mientras tanto, la comunidad internacional se debate en un conflicto de intereses con un amplio de posibilidades. Desde aliados incondicionales de Bush hasta los que se oponen enérgicamente al conflicto armado, cada país mantiene su propia postura. EE.UU: George W. Bush, advirtió ayer al líder iraquí, Sadam Husein, de que «en algún momento la paciencia de Estados Unidos se agotará» si incumple el mandato internacional que le obliga a desarmarse. La Casa Blanca manda a la zona del Golfo miles de soldados, buques militares y material de guerra en envíos incesantes que llegarán a alcanzar los 250.000 hombres. Reino Unido: Es el aliado incondicional de Bush y un portahelicópteros partió ayer jueves rumbo al Mediterráneo, donde se unirá a la mayor flota británica desplegada desde la Guerra de las Malvinas, hace ahora 20 años. Los preparativos para la guerra se suceden en un difícil momento para el primer ministro británico, Tony Blair, que se está encontrando con la oposición de la opinión pública, de su propio partido e incluso desde miembros de su propio Gobierno. Blair ya ha señalado que estaría dispuesto a atacar a ese país sin que haya una segunda resolución de Naciones Unidas que lo apruebe, aunque considera que sería mejor que la ONU permitiera la intervención. Rusia: Aliado tradicional de Irak, Rusia quiere evitar la guerra pero tampoco quiere perderse el posible reparto «del pastel» en caso de que la hubiera. No enviará tropas ni material militar. El Kremlin envió el miércoles a Bagdad a su viceministro de Exteriores, Alexandr Saltánov, en otro intento de mediar con Irak para evitar una acción militar que podría dañar los intereses petroleros rusos en la zona. Rusia tiene firmados con Irak contratos por miles de millones de dólares para explotar campos petrolíferos una vez se levanten las actuales sanciones impuestas por la ONU tras la invasión iraquí de Kuwait en 1990. Además, Irak debe a Moscú 8.000 millones de dólares, deuda contraída aún en tiempos de la antigua URSS y que, evidentemente, no cobrará si hay guerra. Israel: Otro incondicional aliado de EE.UU. Los responsables de las Fuerzas Armadas de Israel consideran que un ataque por parte de Estados Unidos contra el régimen del presidente iraquí, Sadam Husein, es inevitable. Para ellos lo sorprendente sería que no lo hubiera. Según los cálculos israelíes, EE.UU. tiene dos o tres meses antes de lanzarse contra Irak, y probablemente no esperará hasta el verano. Es clave el discurso que Bush pronunciará el 28 de enero, un día después de que los inspectores de Naciones Unidas hayan presentado su informe sobre la presencia de armas no convencionales en Irak. España: El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha mostrado decididamente su apoyo a la política de Bush respecto a Irak. Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, manifestó ayer mismo que si los inspectores de armamento de la ONU no encuentran «nada» en Irak es porque el régimen de Sadam no está cooperando como le exigen las resoluciones de la ONU. Además, negó que en el Consejo de Seguridad de la ONU haya que votar una segunda resolución sobre Irak tras la 1441, sino que primero hay que conocer el informe del jefe de los inspectores, Hans Blix, el próximo 27 de enero. «A partir de ahí veremos qué solución tomaremos», añadió. Alemania: El gobierno socialdemócrata de Schreder mantiene su negativa a aprticipar directament een el conflicto armado. No obstante cumplirá con sus obligaciones como aliado y también ayudará a Israel en caso de que sea atacado por Irak en cumplimiento de la deuda histórica que el país tiene con el pueblo judío. Francia: El gobierno francés busca desesperaamente un acuerdo diplomático para evitar la guerra y presiona a Sadam para que coopere con la ONU. Pero también el presidente francés, Jacques Chirac ha reclamado a las fuerzas armadas de su país que «estén preparadas para cualquier eventualidad». En todo caso, la guerra sólo la apoyaría si es respaldada por la ONU. Países Árabes: Todos los países árabes vecinos de Irak (Irán, kuwait, Arabia Saudí, Jordania y siria) se oponen a la guerra. están convencidos de que un ataque de EE.UU. contra Irak desencadenará un «aumento del extremismo» en Oriente Medio y dañará las relaciones entre Washington y los países árabes. Además, el conflicto dañaría gravemente las economías de todos ellos. Unión Europea : El presidente de turno de la UE, el griego Costas Simitis, se esfuerza en encontrar una voz común de los Quince, al igual que el presidente de la Comisión, Romano Prodi. Creen que la guerra debería evitarse y sólo si hubiera pruebas contundentes y con permiso de la ONU. Irak: Niega que posea armas de destrucción masiva y acusa a EE.UU. de preparar la guerra para controlar el petróleo del país y para ayudar a Israel. desequilibrando la relación de fuerzas de la zona. Dice que quiere evitar la guerra, pero que no será un enemigo fácil si se desatara, incluso sus dirigentes vaticinan que podrían vencer. Cuenta con el mayor ejército de Oriente Medio que ya ha mantenido varias guerras.

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