LAS DOLENCIAS DE SADAM
Hernia y cáncer linfático. Sadam Husein tiene una hernia discal y se recupera de un principio de cáncer linfático según una biografía que hoy se pone a la venta en Francia. El Irak de Sadam Husein, retrato total (Editions 1), escrito por dos periodistas franceses especializados en Oriente Próximo, revela las relaciones ocultas entre la medicina gala y la familia presidencial de Bagdad. En el libro, Georges Malbrunot, corresponsal de Radio Francia Internacional (RFI) y del diario Le Figaro en Jerusalén, y Christian Chesnot, delegado de RFI y del semanario Le Point en Jordania, afirman que Sadam padeció en 1998 un cáncer linfático con nacimiento de ganglios y metástasis. Doctores franceses viajaron entonces a Bagdad para tratar al presidente iraquí, cuyo rostro hinchado reflejaba un tratamiento con cortisona. Los médicos galos instalaron un aparato de radioterapia en uno de los palacios presidenciales. «Pero le costó funcionar debido a las dificultades para conseguir cobalto como consecuencia del embargo impuesto a Irak», adelanta Malbrunot en Le Figaro. Seis meses de vida. Según un ex ministro jordano, en aquel entonces la CIA sólo daba a Sadam seis meses de vida. Un doctor francés, que le auscultó el pasado mes de julio, comenta que «hoy no da la impresión de alguien que se encuentre mal». Este médico le ha curado una lesión en un pie, secuela del atentado cometido en 1959 contra el presidente Abdel Karim Qassem. Sobrepeso.Los autores aseguran que Sadam, de 63 años, padece una vieja hernia discal que le causa dolores en la espalda. El pasado verano siguió un régimen de adelgazamiento para eliminar ciertos signos de sobrepeso. Uno de sus consejeros señala que todos los días realiza ejercicios físicos para mantenerse en forma. Medicina francesa. El libro remonta los contactos de la medicina francesa con la familia de Sadam a la guerra entre Irak e Irán (1980-1988). En 1986, el primogénito del rais, Udai, que entonces tenía entonces 23 años, fue ingresado discretamente en el hospital militar Begin por una luxación en la rótula izquierda causada en un partido de fútbol. Diez años después fue salvado in extremis por un equipo de cuatro cirujanos franceses tras el atentado sufrido el 12 de diciembre del año 1996. «Tenía un total de 30 balas en el cuerpo, algunas en el pulmón. Sadam Husein vino a darnos las gracias tras la operación. Nos regaló un reloj con su efigie», testimonia uno de ellos en su clínica de París.