El régimen iraquí redobla sus esfuerzos para demostrar que no tiene armas de exterminio masivo
Bush aceptaría una nueva resolución de la ONU si es para que Sadam se desarme
Irak redobló ayer sus esfuerzos por evitar una guerra con sendas invitaciones a los jefes de los inspectores de la ONU y a los espías de la Agencia Ce
«Reiteramos que en Irak no hay armas de destrucción masiva y desafiamos otra vez a Washington a que envíe a sus agentes de la CIA para que puedan comprobarlo sobre el terreno», dijo en rueda de prensa el general Hosam Mohamed Amin, director de la comisión iraquí encargada de la coordinación con los inspectores de armas de la ONU. Amin también negó que el régimen de Bagdad haya rechazado el sobrevuelo de aviones espías norteamericanos U-2, en contra de la acusación realizada en ese sentido por la administración estadounidense y una de las divergencias entre los inspectores armamentísticos internacionales de la ONU y el régimen iraquí. A este mismo respecto, las declaraciones de Amin se produjeron apenas horas después de que Irak invitara también a los jefes de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix y Mohamed Baradei, a visitar Bagdad para eliminar las diferencias entre ambas partes para buscar la paz. Según informó ayer el ministerio de Asuntos Exteriores, la invitación fue cursada en una carta enviada a Blix y Baradei por el general Amer El Saadi, asesor militar de Sadam Husein y el máximo responsable iraquí que negocia con los expertos armamentísticos enviados por la ONU. En la misiva se subraya que los nuevos contactos servirían para «mejorar la cooperación» entre el régimen de Bagdad y los técnicos, en lo que parece una respuesta a la exigencia de Blix y Baradei de que Irak colabore al máximo con los especialistas. Al Saadi propone que en las conversaciones se establezcan «los mecanismos para verificar el desarme» de Irak, en este caso en consonancia con la condición impuesta por EEUU de que Bagdad no sólo debe cooperar sino también demostrar que ha destruido totalmente sus armas químicas y bacteriológicas, así como sus programas nucleares. El asesor de Sadam Husein sugirió que la visita de Blix y Baradei debería tener lugar antes del 10 de febrero, para darles tiempo a preparar la comparecencia de ambos cuatro días después ante el Consejo de Seguridad, en una cita considerada «crucial» y en la que podría comenzar a fijarse el calendario bélico. Pese a su intención de eludir una guerra, la propuestas coinciden con nuevos preparativos ante un eventual conflicto, con la decisión adoptada anoche por el Consejo de ministros de repartir entre la población raciones suplementarias de comida, que según un comunicado oficial «permitirán a las familias iraquíes subsistir durante más de cinco meses». Esta medida se suma a las arengas de Sadam Husein a altos mandos del Ejército, con quienes el líder iraquí se reunió esta semana en dos ocasiones para advertirles de que estén atentos al peligro de «traición» y fortalecer su moral, al asegurar que «si nos atacan, les partiremos el cuello».