El presidente del Gobierno relaciona a Sadam con Al Qaida y advierte al régimen iraquí de que no acepta amenazas
Aznar se queda solo en la defensa del ataque a Irak
El presidente del Gobierno, José María Aznar, expuso ayer una serie de datos que le llevaron a concluir que «todo el mundo sabe» que
El presidente del Gobierno, José María Aznar, dejó ayer bien claro en el pleno del Congreso de los Diputados, donde explicó la postura del Ejecutivo frente a la crisis iraquí, que «España no acepta amenazas de ningún tipo, y menos en lo que se refiere al terrorismo». Aznar respondía así a las palabras del viceprimier ministro iraquí, Tarek Aziz, que ayer advertía de que la posición de España en el conflicto podría suponer «una extensión del terrorismo» a nuestro país. «Se permitió hacerlo, además, ante compatriotas nuestros», criticó el presidente, en alusión a las declaraciones de Aziz durante el encuentro que mantuvo ayer en Bagdad con la plataforma española de mujeres artistas en contra de la guerra. El jefe del Ejecutivo, que calificó de «razonable» la posición del Gobierno, subrayó que la crisis es consecuencia del «reiterado incumplimiento» por parte de Irak de las resoluciones de Naciones Unidas desde que en 1990 invadió Kuwait y planteó la 1.441 como una «ultima oportunidad». En ese contexto destacó la necesidad de que Irak colabore con los inspectores de la ONU, cuyo trabajo dijo que no puede ser objeto de un nuevo plazo «sine die» porque daría «alas al régimen de Hussein, acostumbrado a resistir y rearmarse durante años». «Todos sabemos que Sadam Hussein tiene armas de destrucción masiva», aseguró Aznar, quien recordó que Irak ha tenido que ir reconociendo desde 1995, tras negarlo inicialmente, que tenía armas biológicas, que estaban cargadas y listas para usar en cualquier momento. Recordó también que los informes de los inspectores en 1999 señalaban que los arsenales iraquíes contenían más de 3.000 toneladas de precursores químicos, 300 toneladas de agentes químicos en bruto y 30.000 municiones especiales para guerra química y biológica, y se refirió al reciente interés por obtener materiales para enriquecer uranio. Aznar dijo que la ONU advierte de que Bagdad no ha informado del agente nervioso «VX» producido y no declarado; ni de mil toneladas de agentes químicos de la guerra con Irán; ni ha informado de 6.500 proyectiles para carga química, de 8.500 litros de ántrax; ni ha detenido la producción de misiles con alcance superior a 150 km, ni ha revelado el destino de 380 motores de misiles con agentes químicos procedentes de contrabando. Aseguró también que Irak ha ocultado laboratorios móviles y vehículos no tripulados empleados para dispersar sustancias tóxicas, ha intimidado a los científicos que trabajan en el desarrollo de armas de destrucción masiva y «ha desarrollado un programa completo y minucioso de engaño y ocultamiento a los inspectores». El presidente del Gobierno, tras destacar el «vínculo amenazador» entre proliferación de armas de destrucción masiva y terrorismo, explicó que hay relación de Irak con grupos terroristas como Abú Nidal, el grupo Ansar-el Islam o la fracción de Abú Abbas y es sabida la «generosidad» con que recompensa a los terroristas suicidas de Hamás. Además, citó el caso de Abu Musa Al Zarkawi, responsable de Al Qaeda para el desarrollo de sustancias tóxicas para envenenamientos masivos y de quien dijo que huyo de Afganistán y fue cobijado en Bagdad, «donde se le perdió su pista».