El Gobierno fijará su posición tras el informe de los inspectores de la ONU

A tres días de que se celebren en toda España manifestaciones contra la guerra en Irak, los líderes del PSOE, IU y organizaciones sindicales y estudiantiles reiteraron sus críticas al Ejecutivo y continuaron las muestras de protesta contra la guerra, que van desde encierros en las universidades hasta el manifiesto que hoy firmaron 400 químicos, que alertaron sobre los «daños físicos, morales y económicos irreparables» que llevaría la guerra «a un pueblo que ya vive en condiciones dramáticas». El presidente del Gobierno, José María Aznar, negó este miércoles que el Ejecutivo haya pactado con los Estados Unidos la participación de fragatas o batallones españoles en un ataque a Irak. Como ocurrió en los plenos anteriores, PSOE e IU no dejaron pasar la oportunidad de reflejar en el Congreso de los Diputados las diferencias que separan al Gobierno y al resto de partidos y apelaron a la «responsabilidad» del jefe del Ejecutivo para que represente la opinión de los españoles y se oponga a la guerra en el Consejo de Seguridad de la ONU. En un pleno tedioso en el que los diputados estaban más interesados por hablar por teléfono, leer la prensa o cualquier conversación que se terciara antes que por el control al Gobierno, sólo las preguntas por la postura de España ante la guerra formuladas por José Luis Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares llenaron los escaños y despertaron la atención de los parlamentarios. El coordinador general de IU abrió fuego al pedir a Aznar que respalde la propuesta que presentarán Francia y Alemania en la ONU, contraria a la guerra preventiva, y advirtió de que sería «ilegítimo» que el Gobierno se sume al carro de un ataque con «consecuencias funestas» que sólo busca «petróleo y poder». Llegado su turno, el líder de la oposición recomendó al jefe del Ejecutivo que «sea responsable» tenga un criterio y una opinión -frase que provocó carcajadas en los bancos del PP- y le instó a que no se refugie en los inspectores para esconder su opinión que, según dijo, es la de «hacer lo que diga Bush».