Trabas de la Junta para que acudieran los escolares LOS PREPARATIVOS PARA UNA GUERRA
Un millar de personas se concentraron en favor de la paz en Villablino
Cerca de un millar de personas participaron en la concentración que ayer se celebró en la plaza Luis Mateo Díez de Villablino para mostrar su rechazo a la guer
En texto elaborado por el escritor leonés se intentaba reflejar el sentimiento antibelicista de la sociedad española ante la posible intervención militar de Estados Unidos e Inglaterra en Irak, que cuenta con el apoyo explícito del gobierno español, en contra de la enorme oposición social y política que se está manifestando. A la cita no pudieron asistir los escolares de los colegios de Villablino Generación del 27 y San Miguel, a pesar de que las asociaciones de padres de alumnos de estos dos centros educativos habían organizado una marcha de protesta de los estudiantes para participar en la concentración pacifista. En el caso del colegio San Miguel, se celebró una consulta entre los padres sobre la posibilidad de organizar este acto, con un resultado de 186 autorizaciones para que sus hijos participaran en la concentración y 86 dudas o negativas a esta iniciativa. Según las portavoces de la Apa de este centro educativo, desde la Consejería de Educación se impidió la celebración de esta marcha, dejando que los padres de los alumnos pudieran acudir a las aulas a título individual para acompañar a sus hijos hasta la manifestación y regresar con ellos al término de la misma. Los organizadores de la iniciativa criticaron a la Junta que hubiera impedido la celebración de un acto que a su juicio «entra dentro de la educación para la paz que pretendemos impartir a nuestros hijos, máxime cuando este colegio está asociado a la Unesco». Además, creen que los escolares «también tienen derecho a manifestarse y recibir una formación que rechace los conflictos bélicos». Al final la protesta infantil quedó desvirtuada y la medida generó un gran malestar social en la ciudadanía lacianiega. Las trabas que puso la Junta -que asegura que no boicoteó la protesta sino que pidió a los padres que se responsabilizaran de sus hijos y que no se interrumpiera el ritmo escolar- y el malestar acabaron protagonizando incluso espacios informativos nacionales en las noticias sobre las concentraciones que se suceden a lo largo de toda la Península Ibérica para tratar de hacer cambiar de postura al Gobierno del PP.