España apoya la diplomacia, pero respaldada con amenaza de la fuerza

Ana Palacio expuso el viernes su visión de la crisis de Irak al resto de miembros del Consejo de Seguridad, que se encuentra dividido en dos posturas: los países que piden dotar de más tiempo y medios a los inspectores de la ONU y los que opinan que se debe pasar a la acción. Estas divisiones quedaron reflejadas durante el debate en el Consejo de Seguridad, después de que los jefes de los inspectores de la ONU en Irak, Hans Blix y Mohamed El Baradei informaron de que no han encontrado armas de destrucción masiva, a la vez que dieron cuenta de una mayor cooperación de Bagdad, por lo que pidieron más tiempo para continuar su misión. «Seamos claros. No podemos engañarnos diciendo que necesitamos más medios o más tiempo, porque nunca podremos verificar el desarme de Irak si no encontramos una mayor voluntad de colaboración en Irak», afirmó Ana Palacio. Con estas palabras, la ministra española respondía a la última de las propuestas lanzadas por el homólogo francés, Dominique Villepín, quien además de pedir más medios y tiempo para los inspectores, solicitó la convocatoria de una nueva reunión del Consejo de Seguridad para dentro de un mes, lo que podría dilatar todavía más el desenlace del conflicto. Para la ministra, en los tres últimos meses de inspecciones de la ONU, el régimen de Bagdad ha tenido tiempo suficiente de demostrar, no solo una mayor colaboración, sino una disposición total al desarme. Donde otros países, como Francia, China, Alemania o Rusia han visto en el último informe de los inspectores de la ONU signos de avances, la ministra española entiende que el régimen de Bagdad todavía no ha dado muestras fehacientes de haber destruido todas sus armas de destrucción masiva. Para reforzar su tesis, Ana Palacio utilizó en su intervención una de las frases finales del informe de los inspectores, en las que afirmaban que «el periodo de desarme sería muy corto si se produjera una cooperación incondicional y completa de Irak». Para España, esta condición no se está cumpliendo y alega como prueba de ello las dificultades que están teniendo los inspectores para entrevistar a científicos iraquíes vinculados a programas de armamento químico y biológico. «Si seguimos así -indicó la ministra ante la falta de colaboración iraquí- llegará un momento en que el Consejo de Seguridad se verá obligado a afrontar sus responsabilidades en aras de la seguridad y la paz del mundo». Los interrogantes que se presentan ante el Consejo de Seguridad son, por un lado, hasta cuándo pueden dilatar el proceso los países contrarios a finalizar las inspecciones; y por otro, cómo se solventarán las diferencias que enfrentan a los miembros de este órgano decisorio de la ONU.