Despliegue diplomático para buscar un nuevo consenso
Siete días. Una agenda de infierno desde este domingo al próximo sábado para tratar de que España no se quede sola dentro de la Europa continental, junto a Italia, en su apoyo a las tesis de Washington y Londres en la crisis de Irak. El presidente, José María Aznar, afronta una semana decisiva que servirá para calibrar el peso específico de la diplomacia española en el contexto internacional y su capacidad para lograr nuevos consensos que atenúen las diferencias en el seno de la Unión Europea, pero también en la OTAN y en Naciones Unidas. Sin embargo, la ofensiva no se queda ahí: el jefe del Ejecutivo comenzó ayer mismo la búsqueda de apoyos en el mundo árabe para desarmar a Irak cuanto antes. Los contactos telefónicos este domingo fueron al máximo nivel con Egipto, Libia, Siria y Argelia. Aznar y su equipo tienen muy claro el objetivo prioritario de la vasta ronda de contactos que ahora comienza: lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU, en su reunión del próximo uno de marzo, dicte una nueva resolución que fije plazos concretos para que el régimen de Sadam Husein se desarme. España quiere que el plazo que se dé a Irak para cumplir la resolución 1.441 sea «breve y estricto», en clara consonancia con la postura de EEUU y Gran Bretaña. Cumbre de la UE Esa será la postura que Aznar, sólo con la única ayuda del eje Londres-Roma-Madrid, defienda en el Consejo Europeo Extraordinario convocado por la presidencia griega de los Quince para hoy lunes en Bruselas con la cuestión iraquí sobre la mesa. José María Aznar, que hoy en el periódico ABC destacó que las «discrepancias» entre los socios europeos existen pero «no son esenciales», confía en lograr un acuerdo de mínimos entre los Quince sobre Irak, similar al alcanzado el 27 de enero en el Consejo de Asuntos Generales y paliar así la imagen de profunda división entre los países UE que quedó patente en el último Consejo de Seguridad de la ONU, con el Reino Unido y España defendiendo posturas opuestas a las de Francia y Alemania. Pese al optimismo del presidente sobre la reunión de Bruselas, el resto de socios europeos no han cambiado su postura sobre los ritmos de una posible intervención armada, si bien el Reino Unido ha dado tiempo a Irak hasta el 28 de febrero, un día antes de la nueva reunión del Consejo de Seguridad en la que se presentará un nuevo informe de los inspectores. La posición del Gobierno español tampoco ha cambiado.