Los futuros miembros de la UE se rebelan contra la reprimenda lanzada contra ellos por Chirac
Los 13 países candidatos se adhieren a la posición común de los Quince
El castillo de naipes europeo vuelve a tambalearse. A la posición común que la Unión Europea (UE) logró fraguar el lunes sobre la crisis de Irak no han
Los trece países candidatos a entrar en la UE se adhirieron ayer, martes, a la declaración sobre Irak adoptada el lunes por los Quince países miembros. La República Checa, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Rumanía, Bulgaria, Chipre, Malta, Turquía y las tres repúblicas bálticas (Letonia, Lituania y Letonia) apoyaron la declaración de la UE que aboga por una solución pacífica a la crisis iraquí. Previamente, un día antes de la cumbre de la UE, el presidente francés, Jacques Chirac, había declarado de que algunos candidatos hubieran hecho mejor en callarse que sumarse a la carta de los ocho líderes europeos en favor de EE.UU. en la crisis con Irak. Estas declaraciones fueron el detonante de la nueva crisis, que si a algo contribuyó fue a ahondar en las diferencias y a encrespar los ánimos en las capitales de los antiguos países comunistas. Y la primera reacción no se hizo esperar. Los trece países candidatos a formar parte de la UE se adhirieron ayer a la posición común de los Quince, pero los máximos dirigentes de Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Malta eludieron acudir ayer a Bruselas para estampar su firma, ya que se limitaron a refrendar el acuerdo enviando a sus ministros de Asuntos Exteriores. El diario checo Dnes interpretada ayer en su editorial el significado de las palabras de presidente galo con el elocuente titular «Bofetada de Chirac», mientras el presidente rumano, Ion Iliescu, las calificaba de «irracionales», en sintonía con lo que hacían loslíderes políticos de Polonia, Bulgaria y Eslovaquia. El primer ministro británico, Tony Blair, aprovechó la fricción entre París y las capitales del Este para erigirse en defensor de la nueva Europa. Primero lo hizo afirmando que Polonia, la República Checa o Hungría, que han suscrito la llamada «Carta de los Ocho» de apoyo a las tesis de Washington, «tienen tanto derecho a hablar como el Reino Unido o Francia» y después decidió remitir una carta a los jefes de Gobierno de los países candidatos, en las que decía «lamentar profundamente» que no pudieran haber estado presentes en el Consejo Europeo como él hubiese deseado, aun sabiendo que no lo permitía el reglamento de la UE. «Londres y París se hacen el juego, lo que en realidad quieren es liderar en solitario la posición europea sobre Irak», se quejaba ayer la presidencia griega de la UE. Pero semejante propósito, en una Europa que pronto estará formada por 25 Estados, parece una tarea imposible. Jacques Chirac, partidario de desarmar a Sadam de forma pacífica, parece estar convencido de que su posición es la que le dicta los ciudadanos europeos. Hay datos que lo avalan, como que su popularidad haya subido en Francia hasta el 66% y que ayer mismo se supiese que era un finalista del Premio Nóbel de la Paz. En cambio Tony Blair, partidario de mantener la presión militar sobre Bagdad y de apelar al recurso a la fuerza, no parece tener el mismo refrendo. Un sondeo publicado ayer por The Guardian indica que la popularidad del premier británico cayó hasta el 35% debido a su postura ante la crisis