Los países no alineados temen la desestabilización de la zona si se ataca sin el aval de la ONU

La Cumbre del Movimiento de los países No Alineados (MNA), que se clausuró ayer por la tarde en Kuala Lumpur, condenó una guerra contra Irak sin el aval de la ONU, por considerar que un conflicto sería «un factor desestabilizador» para toda la región, y permitió al representante de Irak ante la Asamblea, que agrupa a más de la mitad de los miembros de Naciones Unidas, defender su postura. Gran parte de los miembros del MNA son países pobres que se muestran cautos ante la nueva resolución estadounidense y temerosos de las consecuencias de una guerra sin el aval de la ONU, y subrayaron que un conflicto sería «un factor desestabilizador en toda la región y que tendría graves consecuencias humanitarias, económicas y políticas para todos los países del mundo». «Reiteramos nuestro compromiso de realizar esfuerzos con el fin de encontrar una solución pacífica ante la situación actual. Apoyamos todos los esfuerzos llevados a cabo para evitar la guerra contra Irak y pedimos que éstos continúen de manera constante, sobre la base de una actuación multilateral, como contrapartida a las acciones unilaterales», señala la declaración. «Asimismo, reiteramos el papel central de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad para que se mantengan la paz y la seguridad internacionales», prosigue el texto final leído en la clausura. Al mismo tiempo, piden también a Bagdad que coopere activamente con los inspectores de desarme. Para demostrar la voluntad de cooperación de su país, el viceprimer ministro iraquí, Taha Yassine Ramadán, invitó a una delegación del MNA a Bagdad para que investigue las condiciones de la cooperación con los inspectores. «Irak está dispuesto a seguir con sus esfuerzos para facilitar la verificación de todos los problemas si la Comisión de la ONU pide detalles», aseguró.