Los iraquíes convencen a los pacifistas españoles de que evacúen la embajada

Funcionarios iraquíes convencieron a 17 pacifistas españoles que ocuparon ayer la embajada de España en Bagdad de que abandonaran el edificio, lo que éstos hicieron cuatro horas después de entrar en ella. «Nos han dicho que era mejor que dejáramos la embajada porque en la actual situación este tipo de iniciativas pueden ser interpretadas como una provocación», dijo a Efe uno de los ocupantes al salir de la legación diplomática. La fuente, que no quiso identificarse, preciso que la «decisión la hemos tomado, no obstante, nosotros, y no ha sido fácil porque no todos estábamos de acuerdo al principio sobre lo que debíamos hacer». Los funcionarios iraquíes que convencieron a los pacifistas pertenecen al ministerio de Asuntos Exteriores y se presentaron en la representación diplomática poco después de conocerse en esta capital la ocupación, que todo parece indicar que sorprendió a las autoridades de Bagdad. Entre los argumentos que los funcionarios expusieron durante al menos hora y media a los pacifistas figuró que la ocupación podría ser un «pretexto» para precipitar algún tipo de decisión en contra de Irak. Según observadores locales, uno de los temores de los funcionarios era que en medios políticos occidentales se sospechara que la acción había sido propiciada o inducida por las propias autoridades iraquíes. Los pacifistas, en su totalidad procedentes de Andalucía, forman parte de la iniciativa «Brigadas a Irak contra la Guerra», con implantación en varias comunidades autónomas españolas. La ocupación, primera que se produce de una embajada extranjera en Bagdad, se había iniciado a mediodía, cuando el grupo penetró en la cancillería después de que los empleados iraquíes que la custodian les franquearan la entrada sin ningún problema. Tras corear el lema «No a la guerra», los ocupantes, en su mayor parte jóvenes, se encaramaron al tejado del edificio, donde colgaron tres pancartas de solidaridad con el pueblo iraquí, en inglés y castellano. Uno de los pacifistas había leído a continuación un manifiesto de tres puntos que concluía con un llamamiento a la «no participación del Estado español» en la guerra contra Irak. En el documento se afirmaba que la decisión del Gobierno de retirar el personal diplomático español de Bagdad demuestra que «la única opción que contempla es la guerra».