Bush afirma que la única posibilidad de frenar la guerra es que Huseín se desarme por completo
EE.UU. advierte a Francia de que su veto a la guerra será considerado hostil
Ha llegado el momento de poner firmes a los aliados que durante meses se han columpiado con críticas a EE.UU. y una firme oposición a la guerra. El Go
En Moscú, el subsecretario de Estado John Bolton también ha puesto las cartas sobre la mesa. Según el diario Washington Post, el alto funcionario advirtió al Gobierno ruso que «lo que está en juego es la unidad del Consejo de Seguridad», porque la guerra es algo que les supera. «Ustedes no van a decidir si hay guerra con Irak o no», le entrecomilló este martes el rotativo, según recordaban otros funcionarios que le acompañaban. «Esa decisión es nuestra, y ya la hemos tomado. Es definitiva. La única pregunta ahora es si el Consejo estará con nosotros o no». La agenda de las Naciones Unidas parece ser ya sólo el preámbulo de la guerra. El jefe de los inspectores Hans Blix presentará su informe por escrito el sábado, y leerá sus conclusiones ante los 15 miembros del Consejo el 7 de marzo. Después de eso nadie espera que las bombas tarden mucho en caer sobre Bagdad. El presidente George W. Bush afirmó ayer que la guerra sólo se evitaría con «el desarme total». El mandatario advirtió que a Sadam Huseín no le servirán jugadas a medias. «Sospecho que tratará de engañar al mundo una vez más, como ha estado haciendo desde hace doce años», señaló. «Encontrará otra arma que decía que no tenía para dividirnos». El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer resultó un poco más diplomático al recordar que aún queda una pequeña oportunidad para evitar la guerra. Los analistas, sin embargo, no creen que exista esa salida más allá del exilio voluntario de Sadam Huseín o una imprevista apertura de su régimen para mostrar sin rastro de duda el paradero de las armas que le reclaman Estados Unidos y los inspectores dela ONU. En el Pentágono ni siquiera cuentan con esa opción. Las 500 plazas destinadas para periodistas que cubrirán la guerra están siendo repartidas en estos días. Muchos de sus destinatarios tendrán que estar ya en sus posiciones mañana, pese a que la acción aún puede tardar al menos dos semanas. La demora es precisamente lo que está haciendo mella en la moral de las tropas. Quienes han visitado los campamentos establecidos ya en el desierto de Kuwait aseguran que la eterna espera para la acción se está cobrando su cuota entre las fuerzas de combate que viven en el polvo del desierto sin una ducha caliente desde hace meses.