Vaclav Klaus, nuevo presidente checo gracias a los comunistas

«Empezar a trabajar con toda normalidad, siendo el primero en llegar al trabajo», respondió Klaus a los periodistas, interpelado sobre cuál será su primera acción tras el juramento presidencial, previsto para el 7 de marzo. Para obtener la victoria, el político conservador hubo de apurar las tres votaciones celebradas hoy, en las que se vio las caras con el filósofo y ex disidente Jan Sokol, el candidato consensuado por la coalición gubernamental. La disputada confrontación fue decidida por el apoyo a Klaus del Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM) que lidera Miroslav Grebenicek, pese a que Klaus fustigó a comunistas y socialdemócratas en su etapa al frente del Gobierno (1992-97). La formación comunista «quiso dañar a la actual coalición (gubernamental, de socialdemócratas, democristianos y liberales)», declaró a EFE la ministra de Educación, Petra Buzkova, en alusión a la supuesta estrategia del KSCM de ahondar en las fisuras del socio fuerte del Gabinete, el Partido Socialdemócrata Checo (CSSD). Klaus consiguió en la última votación de hoy 142 votos, uno más de los necesarios (109 procedentes de la cámara baja y 33 del Senado), frente a los 124 logrados por Sokol. El fundador y ahora presidente honorífico del Partido Democrático Ciudadano (ODS), pese a la «cruzada contra el inminente peligro socialista» que caracterizó siempre su discurso, no ha dudado ahora en recabar apoyo de la fuerza de Grebenicek. El pragmático Klaus, de 61 años, cierra así un ciclo político con la «guinda presidencial» y rubrica su gestión al frente del Gobierno, en la que dejó una profunda huella. El Parlamento logró elegir al presidente del Estado tras nueve intentos: tres votaciones en tres vueltas electorales, las dos primeras en enero.