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LA CRISIS DE IRAK: CAMINOS DE GUERRA Y PAZ

La nueva colaboración de Sadam agranda las diferencias

Soldados iraquíes fuman delante de un edificio oficial en Bagdad

Publicado por
León

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El nuevo impulso que Irak ha dado al proceso de desarme ha agrandado la brecha que divide al Consejo de Seguridad de la ONU y ha fortalecido los argumentos de Francia y Alemania, partidarios de continuar con las inspecciones. El embajador de Francia ante la ONU, Jean-Marc de La Sabliere, y su colega sirio, Mikhael Whebbe, valoraron de forma positiva los acontecimientos del fin de semana. Pero el representante de Estados Unidos, John Negroponte, reiteró que las medidas llegan tarde e indicó que el proyecto de resolución que su país ha presentado con Gran Bretaña y España será votado en cuanto el Consejo debata, a finales de semana, el nuevo informe de los inspectores. El calendario de reuniones está pendiente de que la nueva presidencia, que ejerce Guinea Conakry en marzo, termine las consultas bilaterales con los otros miembros del Consejo. El proyecto de resolución, que el Consejo tiene sobre la mesa y que podría ser sometido a votación la semana próxima, declara que Irak ha desaprovechado su «última oportunidad» para el desarme. Resolución y memorándum Sin embargo, la decisión de Bagdad de iniciar la destrucción de los misiles Al Samud II dentro del plazo previsto y de comprometerse a entregar antes del 10 de marzo un informe detallado sobre su arsenal químico y biológico, ha restado fuerza a la tesis de estos países, que necesitarían al menos 9 votos en el Consejo para sacar adelante la resolución. Además, la decisión de Turquía a autorizar la entrada de tropas de EE.UU. en su pais, supone una nueva complicación para los planes bélicos de la Casa Blanca. Por contra, la renovada colaboración de Bagdad supone un respaldo para las ideas de Francia, Alemania y Rusia, que defienden que las inspecciones están dando sus frutos y son partidarios de continuar con ellas. Ya se especula con la posibilidad de que Francia y Alemania conviertan este memorando en un proyecto de resolución, que competiría en una votación con el auspiciado por Estados Unidos, Gran Bretaña y España. Esta iniciativa endurecería la «batalla» por ganar adeptos entre los países indecisos del Consejo, pero facilitaría el desenlace, ya que solo los que obtuvieran de antemano los nueve votos requeridos, someterían su propuesta a votación. Aun así, hay la posibilidad de que algún miembro permanente (EE.UU., Rusia, Gran Bretaña, Francia y China) ejerza su derecho a veto para bloquear una de las dos propuestas.

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