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Plan para apagar los pozos de petróleo El Departamento estadounidense de Defensa ha preparado ya varios planes de intervención en el caso de que Irak decida destruir sus pozos petrolíferos si es atacado. De hecho, en el informe difundido durante la noche del jueves, el Pentágono asegura que Sadam Husein tiene la intención de destruir sus yacimientos en caso de conflicto. También insiste, en todo momento, en que si Washington quiere preservar el crudo es en beneficio del pueblo iraquí. No importa lo que asegure Bagdad Washington no confía en las declaraciones efectuadas en las últimas semanas por el régimen de Sadam Huseín. Ayer mismo, un responsable del Ministerio del Petróleo en Bagdad, Husein Suleiman al Haditi, reiteró que su gobierno no tiene la intención de incendiar sus pozos porque «es inconcebible que queme y dañe la riqueza petrolera que defiende». Sin embargo, tal y como figura en el informe «Los planes de Estados Unidos para preservar el petróleo de Irak para el pueblo iraquí», Washington considera que Sadam Huseín incendiará sus pozos en caso de intervención militar, y se basa para ello tanto en la experiencia como en las pruebas obtenidas por los servicios de inteligencia. Todo listo para tomar los yacimientos EE. UU. ha establecido varias «estrategias» que no llega a detallar por completo, limitándose a explicar que las tropas estadounidenses «asegurarán y protegerán los campos petrolíferos tan rápidamente como sea posible», lo que indica que la posible ofensiva terrestre tendría los yacimientos como uno de sus primeros objetivos de ocupación. Todo en manos de una empresa de Texas En caso de que las tropas no lleguen a tiempo, una vez se garantice la seguridad, Washington ha decidido que compañías privadas se encarguen de la extinción de los incendios. Todo el proyecto ha sido desarrollado por la compañía Brown & Root Services, filial de Kellogg Brown & Root, una compañía con sede en Houston (Texas) especializada en servicios industriales para gobiernos y empresas. Ni pilotos suicidas ni alta la moral Kuwait duda de que el régimen de Bagdad recurra a pilotos suicidas, pues serían detectados por los radares de los aliados. El gobierno kuwaití asegura que las Fuerzas Armadas de Irak fueron mermadas en la operación Tormenta del Desierto y que la moral de la tropa para el combate es mala.