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El ministro de Exteriores británico atribuye los avances a la presión militar de Estados Unidos y el Reino Unido EL MUNDO SE PREPARA PARA LA GUERRA

Gran Bretaña, España y EE. UU. dan un ultimátum de 10 días a Irak

Bush, Blair y Aznar. Los tres otra vez en el mismo eje. Los tres, otra vez, con una propuesta co

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Agencias - NUEVA YORK.
León

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Straw distribuyó el documento entre los países miembros del Consejo en el que se «establece un plazo mínimo» para que Irak cumpla con sus obligaciones. El memorando establece el 17 de marzo como límite para que Irak se desarme o se enfrente a la amenaza de una guerra. Durante su discurso, Straw se mostró «contento por los avances de que hablan los inspectores», pero advirtió de que sólo se tratan de «la punta del iceberg» y que los informes demuestran el «incumplimiento flagrante por parte de Irak de la resolución 1441, que no ha cooperado en áreas importantes». Entre esos incumplimientos, Straw destacó que los inspectores sólo han podido entrevistar a 12 del medio millar de personas que habían participado en los programas de armas de destrucción masiva, y que los 12 habían sido amenazados previamente por las autoridades iraquíes, que les habían incluso advertido de que sus conversaciones serían grabadas con micrófonos ocultos en las paredes de la habitación en que se realizarían. Además, «los funcionarios iraquíes que tenían información más sensible fueron retiradas de la circulación por los iraquíes», señaló. Buena parte de la intervención de Straw se dirigió directamente al ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin. «Me gustaría vivir en un mundo diferente, pero la elección no es nuestra, Dominique, es Huseín quien debe elegir». «Todos votaríamos a favor de la paz y nos iríamos a casa», explicó Straw, para quien la opción entre paz y guerra es una «opción falsa. La única forma de conseguir el desarme en paz es respaldar nuestra democracia mediante una amenaza creíble del uso de la fuerza». Straw consideró que los avances registrados sólo han sido posibles por la presión que se ejerce sobre el régimen de Irak, y recordó en este sentido las palabras previas de Villepin, quien destacó las presiones ejercidas por la Liga Arabe o la Unión Europea y relegó a un segundo plano las de Estados Unidos y Reino Unido. Straw afirmó que fue «exactamente al revés» y que los resultados obtenidos se deben a las presiones de estos dos países a lo largo de los últimos doce años y a los «jóvenes soldados que están dispuestos a sacrificar su vida por la ONU». Su discurso no convenció al eje formado por Francia, Rusia y Alemania, al que se ha sumado China. Las posturas siguen inamovibles.