Arafat pretende reservarse una presidencia con amplios poderes
Lo que está en juego es el futuro de la presidencia palestina. Yaser Arafat no está resignado a tener un cargo puramente honorífico y quiere reservarse la responsabilidad de la seguridad y de todo lo relacionado con las negociaciones con Israel. Fuentes palestinas indicaron ayer que Arafat y Mahmud Abbas (Abú Mazen), el candidato a primer ministro, mantuvieron la semana pasada una conversación en la que acordaron que las dos cuestiones citadas serán competencia del primero. La noticia no ha agradado nada a Israel, y por lo tanto tampoco a Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU. Los israelíes quieren librarse de Arafat a toda costa y no aceptarán bajo ninguna condición tener que negociar con el presidente palestino. En cuanto a los otros miembros del Cuarteto, todos ellos siguen más o menos de cerca lo que desea Israel. Los próximos días serán decisivos para conocer qué competencias tendrá Abú Mazen. Arafat es partidario de una presidencia ejecutiva similar a las de Francia o Egipto, donde el presidente tiene un gran número de competencias y se reserva la última palabra en las cuestiones decisivas, especialmente en materias de seguridad y relaciones exteriores. Israel y el Cuarteto, por el contrario, desean que sea una presidencia honorífica y que el poder ejecutivo pase a las manos de Abú Mazen, un político moderado que está en contra de la Intifada.